domingo, 4 de abril de 2010

Cocaína en el 20% de urgencias por dolor torácico

Un 20% de las personas que acuden a urgencias por un dolor torácico han consumido cocaína.

-El consumo de cocaína provoca el 3% de los casos de muerte súbita en España.

- Los expertos recomiendan un análisis de drogas en casos de muerte súbita por debajo de los 40 años

- Se calcula que un 25% de los infartos de miocardio en menores de 40 años se producen debido al consumo de cocaína, que también es responsable del 3% de los casos de muerte súbita en España

- El consumo de cocaína incrementa el riesgo de isquemia miocárdica e infarto, entre otras patologías cardiovasculares. El riesgo a sufrir estas patologías es hasta 24 veces superior en los primeros 60 minutos tras el consumo

- La afección cardiovascular puede aparecer hasta días después del consumo y el riesgo cardiovascular es independiente a la cantidad ingerida o a la vía de administración

- El tabaco y el abuso de alcohol tienen un efecto multiplicativo sobre el riesgo cardiovascular


En los últimos años se insiste en la fuerte asociación existente entre el consumo de cocaína y una mayor incidencia de problemas cardiovasculares. En la actualidad, en España, un 20% de las personas que acuden a los servicios de urgencias con un dolor torácico han consumido cocaína, aunque la mayoría no lo reconocen. De ellos, hasta un 6% presentan infarto de miocardio.

La cocaína es la droga ilegal más frecuentemente responsable de visitas hospitalarias, representando el 50% de las urgencias relacionadas con el consumo de drogas, y la que más mortalidad provoca. Además, aproximadamente el 62% de las muertes relacionadas con cocaína están asociadas a problemas cardiovasculares, mientras que el 14% se deben a causas cerebrovasculares, como derrames o aneurismas.

En general, el consumo de drogas se asocia con toxicidad a diversos niveles: neurológico, cardiovascular, gastrointestinal, músculo-esquelético, obstétrico y neonatal. Concretamente, el consumo de cocaína se asocia a patología cardiovascular tanto aguda como crónica, pudiendo desencadenar en infarto agudo de miocardio o isquemia miocárdica, pero también al desarrollo de arteriosclerosis acelerada, hipertensión, miocarditis, miocardiopatía, arritmias, disección aórtica y endocarditis.

La cocaína y sus derivados como el crack producen sobre el sistema cardiovascular un efecto derivado de la activación del sistema nervioso simpático, y las concentraciones de adrenalina pueden incrementarse hasta cinco veces por encima de los niveles normales, provocando diferentes grados de taquicardia, vasoconstricción (estrechamiento de un vaso sanguíneo) y elevación de la presión arterial, lo que fácilmente puede desencadenar en alguna de las patologías descritas anteriormente.

Se calcula que un 25% de los infartos de miocardio en menores de 40 años se producen debido al consumo de cocaína, que también es responsable del 3% de los casos de muerte súbita en España. Es por ello, que los expertos recomiendan la realización de un análisis de drogas en caso de defunción en menores de 40 años, lo que arrojaría datos muy significativos sobre esta problemática y podrían todavía más de relieve la asociación existente entre el consumo de esta droga y el riesgo cardiovascular que conlleva.

Según la Dra. Raquel Marzoa, miembro de la SEC y cardiólogo del Hospital Universitario Juan Canalejo de A Coruña, autora de la revisión del estudio ‘Cocaína y enfermedad cardiovascular’, “el consumo de cocaína incrementa el riesgo de isquemia miocárdica e infarto, entre otras patologías cardiovasculares. El riesgo es hasta 24 veces superior en los primeros 60 minutos tras el consumo”.

Además, la afección cardiovascular puede aparecer hasta días tras del consumo, ya que el riesgo se incrementa incluso hasta cuatro días después. Asimismo, el riesgo cardiovascular es independiente a la cantidad ingerida o a la vía de administración empleada.

Asimismo, se ha de tener en cuenta que el consumidor de cocaína puede experimentar, además de efectos cardiovasculares adversos provocados por la cocaína en sí, también los ocasionados por el policonsumo. En el caso de la cocaína, es muy elevada la frecuencia de su consumo en combinación con otras drogas.

Diversos estudios han demostrado que tanto el tabaquismo como el abuso del alcohol tienen un efecto multiplicativo sobre el riesgo cardiovascular. El consumo de tabaco es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente que se desarrolla en edades tempranas y el que origina más episodios de cardiopatía isquémica en usuarios de cocaína. Según la Dra. Marzoa, “se calcula que el 75% de los consumidores de cocaína consumen también alcohol, y más del 80% son también fumadores”.

Otro de los grupos de sustancias que se asocian con frecuencia al de cocaína son las anfetaminas, que también pueden ser responsables del origen de cardiomiopatías. Tanto la cocaína como las anfetaminas provocan un incremento de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial que ya se inicia a los diez minutos de su consumo.

Síntomas y tratamiento

El síntoma más común en el paciente que consume cocaína y acude a un Servicio de Urgencias es el dolor torácico, aunque también son habituales otros síntomas como palpitaciones, nauseas, disnea o nerviosismo intenso.

Resulta fundamental el conocimiento y la identificación precoz de las complicaciones cardiovasculares derivadas del consumo de cocaína, ya que, en consecuencia, se podrá optar por un tratamiento adecuado.

En el caso de los pacientes que han sufrido infarto o isquemia inducida por el uso de cocaína la primera línea de tratamiento son las benzodiacepinas, que reducen la tensión, la frecuencia cardíaca y el componente ansioso que habitualmente acompaña el cuadro de dolor; los nitratos, para revertir la vasoconstricción que puede causar la droga en las arterias, y la aspirina, con el fin de prevenir fenómenos trombóticos. En el caso de arritmia, el empleo de antiarrítmicos debe realizarse con cautela, ya que el efecto proarrítmico y convulsivo de la cocaína puede verse potenciado.

Según manifiesta la Dra. Marzoa, “en pacientes jóvenes que sufren un evento cardiovascular debe considerarse siempre la posibilidad del abuso de cocaína. Determinar si existió consumo de cocaína previo a un síndrome coronario agudo nos permite establecer la estrategia terapéutica adecuada. Por ejemplo, fármacos como los betabloqueantes que son un pilar fundamental en el tratamiento del infarto de miocárdico (han demostrado aumentar la supervivencia), deben ser evitados en los paciente con sospecha de infarto de miocardio y consumo previo con cocaína (ya que puede aumentar el espasmo coronario, es decir, reducir todavía más el calibre de la arteria coronaria afectada)”.

Sobre el consumo de cocaína en España

España es, junto al Reino Unido, el país de la Unión Europea con más alto consumo de cocaína. Se calcula que entre un 4% y un 6% de los adolescentes españoles de entre 15 y 16 años consume cocaína de forma habitual, mientras que entre la población en general el consumo llegar al 8% (la media europea se sitúa en torno al 1,2%). El 75% de los consumidores son hombres.

Actualmente, la cocaína es la droga ilegal más consumida en España y en Europa, tras el cannabis, y constituye la primera causa de mortalidad en relación con drogas.

Aún así, globalmente y respecto a las anfetaminas y al éxtasis, aunque el consumo de cocaína es más elevado, en determinadas zonas geográficas las anfetaminas y el éxtasis ya son la segunda sustancia ilícita más consumida. En este sentido, cabe destacar que, en los últimos años, se ha observado una estabilización en el consumo de cocaína que hasta el año 2005 siempre había tendido al alza.

Acerca de la FEC

La Fundación Española del Corazón (FEC) es una institución privada sin ánimo de lucro, promovida por la Sociedad Española de Cardiología, sometida al protectorado del Ministerio de Educación y Ciencia y que tiene como objetivos la prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante la educación sanitaria de la población y el apoyo a la investigación cardiovascular en España mediante la concesión de becas de investigación.


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