Botella pide sanciones más estrictas contra el 'botellón'

El botellón es fuente de ruido. Que se lo digan a los vecinos de algunas plazas de Malasaña o Chueca. Y no remite en la capital. Por eso la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, también se refirió al consumo de alcohol en la calle cuando ayer hizo balance de las actuaciones del Consistorio para luchar contra la contaminación acústica. En concreto, para acabar con el botellón hace falta un régimen sancionador más "eficaz y estricto", aseguró. Sólo así se puede acabar con los hábitos de los jóvenes, añadió, de la misma forma que hace unos años consiguieron cambiarse en el caso de los accidentes de tráfico.

Cuestión de educación, y también de método sancionador. Botella aseguró que es necesario cambiar el sistema de tramitación, de forma que sea una única Administración la que se encargue de todo el proceso. Lo que sucede ahora es que el Ayuntamiento abre el expediente y la Comunidad lo instruye. Su departamento, informó ayer, está trabajando para que todo el proceso recaiga en una misma administración.

Botella insistió en que la educación es "fundamental" para poner coto al botellón. Y puso ejemplos: "Ese niño que no tiene límites en su educación, en clase ni en casa, luego sale a la calle y pinta la fachada de un edificio artístico o un museo, y al día siguiente bebe hasta perder el conocimiento", explicó.

La concejal aseguró que los baldeos preventivos en las zonas habituales de botellón "han sido eficaces" pero, como han coincidido con una época de mal tiempo, "habrá que ver" qué ocurre cuando empiece el calor. De los "mediadores" que anunció el alcalde hace algo más de un año, y que iban a estar a las puertas de los locales para pedir un "comportamiento cívico" a los clientes, nada se sabe.

La Policía Municipal realizó el año pasado alrededor de 55.000 intervenciones por consumo de alcohol en la vía pública, lo que supuso un 12% más que en 2008, cuando se superaron las 45.000. Fue en el distrito de Centro donde se produjeron más sanciones.