Cinco hospitalizados en la primera noche del festival de universitarios británicos - "Ojalá tuviéramos bares así en Londres", afirma uno de ellos
Saloufest cumple el desmadre prometido. Lo sabía Dany Anderson, estudiante de 20 años que cursa ingeniería en la londinense Brunel University y repite por segunda vez su participación en el evento que se celebra en Salou (Tarragonès) hasta el próximo jueves. El festival anuncia competiciones deportivas entre 5.000 universitarios británicos, aunque su publicidad gravita sobre un eje mucho más popular: desmadre, alcohol barato y la esperanza de sexo fácil.
Eso encontraron el lunes por la noche los miles de estudiantes que salieron por Salou. Al menos en parte: las hazañas de los estudiantes quedan en la esfera privada, aunque Anderson se esmere en alardear por las cuatro esquinas del municipio de que las mujeres han hecho cola en su habitación. Pero el desfase fue intenso, según comprobó EL PAÍS en su salida con Anderson y su tropa: una decena de jóvenes con aspecto de deportistas y aliento a carajillo.
La espiral festiva de Salou se antoja interminable: la jarana arrancó el lunes con la salida del sol y prosiguió hasta pasadas las seis de la mañana. Los estudiantes se relevan, de modo que siempre hay cervezas deambulando. El abuso se desarrolla por ahora sin incidencias destacables, subrayó el Ayuntamiento. "No se nos ha comunicado ni una sola denuncia por incivismo", señaló un portavoz municipal. No es por falta de alcohol: las emergencias médicas atendieron en 24 horas a ocho jóvenes por intoxicación etílica y a uno por convulsiones derivadas de los excesos. Cinco fueron casos "intensos" que requirieron el traslado al hospital Joan XXIII de Tarragona. "No es habitual que haya tantos casos, ni en periodo de vacaciones", observó el portavoz del servicio. Anderson no se dejó impresionar. "¿Sólo nueve de 5.000? Esta noche debemos superarlo".
Podría ser, visto lo ocurrido en la juerga anterior. Anderson y sus compañeros bebieron unas 18 horas seguidas. Tras jugar al fútbol de ocho a diez de la mañana, a mediodía ya se hallaban instalados en los bulevares cercanos a la playa y aún más cercanos a los barriles de cerveza. Pintas durante el día, licor al caer al sol. "Y sólo vodka cuando cae la noche", bramó Buffenberger, de 21 años, estudiante de Ciencias del Deporte. "Ojalá tuviéramos bares así en Londres", añadió.
La infraestructura de Salou (copas a buen precio, chupitos gratuitos y despliegue de combinados con curiosos nombres anglosajones) colmó las ansias de los jóvenes. La mayoría aguantó hasta el cierre de los locales, sobre las tres de la madrugada. Entonces quedaron patentes las quejas vecinales: vómitos en las aceras y universitarios a la carrera después de que la Policia Local los reprendiera por orinar en la calle. El aviso sirvió para alejar a los incívicos, pero los guardias ni multaron ni acosaron más a los fugitivos. "En algún sitio tenemos que hacerlo", protestó Anderson.
Pasadas las cuatro, los agentes de seguridad del recinto hotelero acompañaron a algunos a su habitación. "Ni se acuerdan de dónde queda", detalló un vigilante. Anderson, tan fresco como afónico, llegó al cuarto por su propio pie."Me dormí a las 6.30 y nos hemos levantado a las once. Un fastidio: ¡nos hemos quedado sin desayuno!", recordaba ayer por la tarde, de nuevo con pintas en la mano. ¿Y el deporte? "Claro, hoy toca ver la Champions League".
Ilovetour, el operador turístico británico que gestiona el Saloufest, organiza otros eventos similares en distintos países: Holanda, Italia y el propio Reino Unido acogen eventos calcados en los que miles de universitarios se reúnen para practicar deporte y disfrutar del ocio nocturno. La empresa dota a cada país de un perfil: Holanda destaca por las buenas instalaciones deportivas; de Italia, el espectacular paisaje del Adriático. España se queda en la tierra del desmadre. Todos los festivales citan las fiestas nocturnas, pero ninguno convierte el desenfreno etílico y el sexo en su bandera.
"Fantásticas instalaciones deportivas y todo el espectro de la vida nocturna", señala sobre la Damfest, que se celebra en la localidad holandesa de Dam del 5 al 9 de abril. "Playas increíbles y sedes deportivas de calidad. La opción adecuada si estás harto de España", refiere sobre el Festival Italia, que se celebrará en Rímini del 5 al 11 de abril. Para España quedan "gente disfrazada de Power Rangers que bebe de un zapato" y los "extraños encuentros sexuales" en los ascensores.
Los universitarios parecen haber asimilado este estereotipo español. "A España venimos de jóvenes, a quemarlo todo", señala Lisa Hugues, estudiante de 19 años. "El año que viene iré a Italia, a disfrutar, pero con menos excesos", añade entre el jaleo exagerado de sus compañeros, el típico desfase español.
lunes, 5 de abril de 2010
Salou: resaca... y vuelta a empezar
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