Los narcos gallegos venden cada vez más opiáceos por el incremento de la demanda y la escasez de cocaína
En los últimos meses, las fuerzas del orden están confiscando en Galicia más heroína que cocaína. Es un fenómeno reciente que no deja de sorprenderlos y que todavía no se explican, pero en lo que va de año ya se intervinieron en la comunidad unos 25 kilos de esta sustancia, lo que quiere decir que el mercado está más que servido. Y apuntan un dato peligroso: «Ya no es una droga marginal. Se sigue vendiendo sobre todo en los poblados gitanos, pero ya no exclusivamente. Se encuentra también en las zonas de ocio. Perdió la mala imagen que tenía hace unos años».
La heroína conserva el cliente de siempre, el yonqui que necesita su dosis diaria, pero está recabando adeptos también en la hornada de jóvenes que igual que se beben unas copas y consumen coca, ahora se fuman un chino sin ser conscientes de los riesgos que entraña. A esa nueva clientela, que por supuesto incrementa la demanda y por lo tanto abre nuevos mercados a los traficantes, se suma el hecho de que vender cocaína es cada vez más difícil. La presión policial y los últimos golpes asestados a los clanes gallegos provocaron que, por primera vez en varias décadas, la cocaína escasee en Galicia, hasta el punto de que se hace necesario importarla de otras zonas para abastecer el mercado. Por eso cada vez son más los vendedores que se pasan a la heroína, y por eso también en las últimas operaciones policiales figuran como detenidos individuos que tienen ya antecedentes por tráfico de drogas, pero a los que por primera vez se les incautaron opiáceos, cuando antes vendían exclusivamente cocaína o hachís. Está ocurriendo en toda Galicia, pero con más frecuencia en el sur, en la frontera con Portugal. «Abastecen el mercado gallego, pero sobre todo, el del norte de Portugal, donde nunca dejó de consumirse heroína».
En el 2009 ya se llamó la atención sobre un repunte en el tráfico de heroína, que en los últimos años se daba casi por desaparecida. No dejó de venderse nunca en los poblados gitanos ni de consumirse en ambientes marginales, pero no era una sustancia habitual entre los jóvenes. Por eso sorprendió cerrar el 2009 con cuarenta kilos de opiáceos intervenidos en Galicia, y no en remesas de dos o tres kilos, como era habitual, sino en cantidades mayores. Esa tendencia no solo se mantiene, sino que se incrementa, porque en lo que va de año ya se confiscaron cerca de 25 kilos y se desmantelaron tres organizaciones. El primer dispositivo se ubicó en Tui, donde la Policía Nacional abortó la entrada en el mercado de doce kilos de heroína que se ocultaban en el depósito de gasoil de un vehículo. Fue a mediados del mes de enero. Tan solo unos días después, agentes del Greco -la unidad de la Policía Nacional especializada en la lucha contra el crimen organizado- desmanteló en Vilagarcía una organización que se dedicaba también a la venta y distribución de estupefacientes en la provincia. Vendían todo tipo de drogas, al gusto del consumidor, pero en su poder tenían más heroína que cocaína o hachís.
Operativo en Cambados
El último golpe, de momento, lo dio el titular del Juzgado número 2 de Cambados, que en colaboración con la Guardia Civil detuvo hace unos días a los tres integrantes de una organización que se dedicaba también a la venta de esta sustancia. Se les intervinieron cinco kilos de heroína dentro de un coche, y 4,5 más en un garaje.
Los doce kilos de heroína pueden parecer una cantidad menor si se comparan con las toneladas de cocaína que no hace tanto llegaban a las costas gallegas. Pero ocurre que la distribución de la heroína se hace en cantidades menores porque suele ser una sola persona la que la introduce en España.
jueves, 25 de marzo de 2010
La heroína se consolida en zonas de ocio y deja de ser una droga marginal
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