La concejalía de Salud de Coslada ha editado un libreto para que los profesores sepan actuar en casos sospechosos de drogodependencias incipientes en alumnos de Secundaria
Los profesionales sociosanitarios del Centro de Atención Integral a las Drogodependencias de Coslada han editado la Guía de actuación en situación de sospecha o consumo de droga. La edil de Salud, Ana Ranera, ha explicado que se trata de un texto dirigido “exclusivamente” al profesorado de los ocho centros de Educación Secundaria “porque su conocimiento y preparación profesional es mayor y porque pasan muchas horas con los alumnos, pudiendo darse cuenta más rápido de estas situaciones”.
Según la concejala, “los maestros llevaban tiempo pidiendo una iniciativa similar que plantease, de forma sencilla y por escrito, las cuestiones que hay que valorar para detectar estos casos, una demanda de protocolo de acciones ya no sólo en cuanto a prevención de consumo sino también en la detección o la actuación correcta en caso de sospechas o constataciones”. Ranera ha recordado también que “desde el CAID se viene trabajando desde 1992 en los programas de prevención en conductas de riesgo en menores y adolescentes y, como es una prioridad para este equipo de Gobierno, hemos continuado mejorando en este tipo de acciones”.
La concejala ha precisado que “la adolescencia es una edad de mucho riesgo en este sentido y, por eso, los esfuerzos que se hacen desde la concejalía van dirigidos a prevenir situaciones o acciones entre los adolescentes. El problema es complejo y se afronta mejor desde la prevención, donde la escuela, la familia y la comunidad son también protagonistas en prestar ayuda”.
La guía tiene como apoyo al personal del CAID, en concreto a la psicóloga responsable del proyecto, María José Martínez, que es la encargada de difundir la prevención en los centros de enseñanza, y al coordinador del centro, Ramón Llavero, más dedicado al tratamiento. Éste ha comentado que, cuando los chavales han caído en el consumo, “normalmente acuden de forma voluntaria porque bien ellos o un familiar han detectado que tienen el problema. Una vez que son conscientes, -prosiguió- hay que valorar hasta qué punto está presente para iniciar un tratamiento”.
La labor es complicada, según Llavero porque “muchos se creen autosuficientes para manejar su consumo pero no es así y hay que hacerles entender que el proceso del tratamiento es más difícil si lo hacen solos y motivarles para consolidar el cambio”.El CAID atiende en estos momentos a entre 100 y 150 personas. Sobre el trabajo de prevención previo, ha indicado que se divide en dos pasos: “el primero es lograr que los chavales no se inicien, y si lo hacen, que sea lo más tarde posible para que estén formados física, psicológica y emocionalmente para que eviten llegar a la adicción”.
El segundo nivel preventivo es el de detección precoz, “que haya unos recursos para padres o profesores de forma que detecten ese problema en las personas que no están mandando señales de lo que está ocurriendo. Se hace a través de la guía –ha precisado- que les orientará para, luego, poder intervenir de forma adecuada y evitar que se dé el efecto contrario”. Si el problema supera sus competencias, ya se derivaría al CAID, que es la intervención directa en el tratamiento. Por su parte, Martínez ha señalado que se diferencia la etapa de Secundaria con la de Primaria porque “en ésta hay otros proyectos de prevención específicos en marcha; factores de protección en consumo de drogas como son habilidades sociales, toma de decisiones, o educación en valores”.
El consumo más frecuente entre los jóvenes de los institutos es el alcohol y el tabaco, igual que en el resto de la población en general. Su legalidad les hace pensar que no son peligrosas y “deben entender por qué lo son y por qué es importante prevenir su consumo. Fuera de lo legal, el problema más arraigado es el consumo de cannabis, “que ellos aceptan como normal porque mantienen unas creencias erróneas sobre su inocuidad que también trabajamos en erradicarlas por completo”.
Otros programas en los que se centra el CAID durante el año en lo educativo son los talleres de prevención de consumo de sustancias: “En 1º de ESO, de consumo de tabaco; en 2º, de bebidas saludables; y otros más específicos en 3º y 4º de ESO. También trabajamos con la población de PCPI´s, antiguas garantías sociales, aulas de compensatoria, aulas de enlace y, en 4º de ESO, el programa de Cine de Educación en Valores”, ha comentado la psicóloga.
martes, 24 de noviembre de 2009
Una guía para que los maestros detecten el consumo de drogas
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