El San Agustín alerta del aumento de jóvenes que, especialmente los fines de semana, acuden al servicio de urgencias con intoxicaciones graves
Las personas que padecen daños severos por la ingesta de alcohol permanecen ingresadas unas 10 horas por riesgo de sufrir patologías asociadas
Palidez, sudoración excesiva, pérdida de equilibrio, náuseas y mareos son los síntomas que sufren principalmente los jóvenes del área sanitaria avilesina que, especialmente los fines de semana, celebran fiestas descorchando botellas de alcohol.
Muchos pasan de la risa a las lágrimas, de la timidez al comportamiento desinhibido, del silencio a la verborrea y del «punto» a las intoxicaciones etílicas. Entonces sus vidas corren peligro. Y las cifras son alarmantes. Así lo creen los responsables del Hospital San Agustín de Avilés, que desde el pasado 1 de agosto han atendido a 218 personas en el servicio de urgencias con comas debidos a un consumo abusivo de alcohol que les ha llevado al desmayo y a la pérdida de consciencia. Es la cara oculta de la barra del bar y también del «botellón», una práctica cada vez más habitual en Avilés y envuelta en polémica.
«Hay un claro predominio de intoxicaciones etílicas los fines de semana, especialmente los domingos y los festivos», explica el jefe de urgencias, Gabriel Redondo, quien lleva contabilizados los pacientes que acudieron al San Agustín «con síntomas visibles de borrachera». «El primer fin de semana de agosto, por ejemplo, fue llamativo. Entonces atendimos a más de veinte personas cada día con intoxicaciones etílicas», subraya. Entonces se celebraba en Pravia el Xiringüelu, una fiesta a la que acuden cientos de personas y que se caracteriza por el consumo de sidra en cada una de las más de cien casetas que se levantan en el prado de Salcedo.
El perfil de los pacientes que acuden a urgencias con comas etílicos es variopinto, si bien, según Redondo, predomina el de personas jóvenes que consumen alcohol los fines de semana. Y es que a diario, de lunes a jueves, los especialistas del San Agustín tratan de media a dos personas por intoxicaciones debidas al consumo de alcohol. Muchos de éstos están diagnosticados como bebedores crónicos y ya padecen patologías asociadas a la bebida. Las cifras, no obstante, aumentan alarmantemente los fines de semana. «No estamos exagerando: cada fin de semana podemos ver, como mínimo, a diez personas con borracheras», recalca.
Y tras cada intoxicación etílica pueden producirse daños colaterales. De ahí que la mayoría de los pacientes permanezcan unas diez horas ingresados en el hospital, hasta que sus niveles de alcohol son normales. Es entonces cuando reciben el alta médica, tras una jornada en la que se truncó toda la diversión. «La intoxicación etílica no deja de ser una intoxicación y como tal hay que tratarla», puntualiza. Dicho tratamiento varía según el grado de borrachera que presenten los pacientes. «Hay personas que vienen con el nivel de consciencia bajo y que requieren intubación y ventilación asistida. Otros reciben tratamiento sintomático, y prácticamente a todos ellos les hacemos una reposición de vitaminas y glucosa. Normalmente también les hidratamos», incide Redondo.
El consejero de Salud, José Ramón Quirós, manifestó recientemente que en Asturias el 11 por ciento de los varones y el 2 por ciento de las mujeres «son bebedores de alto riesgo para su propia salud». Los servicios de urgencias de los hospitales de la región atienden alrededor de 2.700 pacientes por comas etílicos al año. En Avilés las cifras sólo de los tres últimos meses son preocupantes, con 218 ingresos tras la ingesta de alcohol. Estos datos coinciden en el tiempo con la propuesta de la Agrupación Social Independiente de Avilés (ASIA) y de Juventudes Socialistas de crear en el concejo un «botellódromo», medida que ya rechazó la Alcaldesa. Actualmente los jóvenes se reúnen para disgusto vecinal cada fin de semana en parques y plazas para destaponar alcoholes. Todos juegan con su corazón, aunque las arritmias sólo se detectan con electrocardiogramas.
Coma etílico
Se llega por una sobredosis de alcohol e influyen varios factores, como el metabolismo de quien consume, la cantidad, la mezcla de bebidas o el sexo.
Consecuencias
El coma etílico conlleva generalmente la pérdida de conocimiento e insuficiencia respiratoria, que puede llevar al bebedor a la muerte.
Pacientes
Los especialistas del servicio de urgencias del San Agustín atendieron desde el pasado 1 de agosto a 218 personas con intoxicaciones etílicas graves, la mayoría jóvenes que consumen alcohol los fines de semana.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de intoxicación de cada paciente. Todos permanecen ingresados al menos 10 horas.
domingo, 15 de noviembre de 2009
El coma etílico, la enfermedad del sábado
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