sábado, 5 de diciembre de 2009

El cánnabis triplica el riesgo de esquizofrenia

Benedicto Crespo Facorro, psiquiatra del Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander, ha explicado en la X Reunión Anual de la SEIC que el consumo de cánnabis triplica el riesgo de desarrollar esquizofrenia.

El consumo de cánnabis triplica el riesgo de desarrollar esquizofrenia, y los jóvenes que consumen esta sustancia presentan alteraciones cerebrales muy similares a las halladas en aquellos individuos con riesgo de padecer una enfermedad degenerativa neurológica, según ha destacado Benedicto Crespo Facorro, psiquiatra del Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander, y responsable de la Unidad de Neuroimagen del centro, que ha participado en la mesa Cánnabis y trastornos psiquiátricos: del laboratorio a la clínica, en la X Reunión Anual de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoies (SEIC), celebrada en Santander.

El profesor ha advertido de que las modernas técnicas de neuroimagen no diagnostican los cuadros de esquizofrenia, aunque muestran datos significativos para lograr tratamientos eficaces y comprender mejor la enfermedad.El psiquiatra se ha referido al Estudio de Primeros Episodios Psicóticos en Cantabria, que desarrolla el Hospital Valdecilla, del que ha aportado datos elocuentes: el 55 por ciento de los pacientes no consumen cánnabis, pero sí lo hacen de forma semanal el 40 por ciento, en tanto que un 5 por ciento lo fuma de manera esporádica.

El 40 por ciento de los pacientes con episodios psicóticos consumen cánnabis de forma semanal y un 5 por ciento lo fuma de manera esporádica

El consumo es más frecuente en hombres. Además, la edad de inicio del consumo de cánnabis es un factor "determinante" en la edad de debut de la psicosis, que en el caso de los consumidores de cánnabis es de 23,33 años de edad media, frente a los 29,11 de los no consumidores.

"Está demostrado que el consumo de cánnabis es una variable relacionada con factores de respuesta al tratamiento, observándose una peor respuesta en consumidores, tanto en síntomas positivos como negativos, y en funcionamiento social".

Dada la alta prevalencia del consumo de esta droga entre los jóvenes y su posible relación con la psicosis, el reto pasa por dejar claro cuál es la magnitud del problema, ya que hay estudios que revelan que un 10 por ciento de los casos de esquizofrenia podrían ser evitados.

"La resonancia magnética no permite diagnosticar la esquizofrenia, pero ayuda a interpretar las alteraciones de la estructura cerebral, y aunque puede ser controlada con tratamiento farmacológico, lo cierto es que ya nos ha permitido relacionar el consumo de cánnabis como factor de riesgo en el desarrollo de este cuadro. Faltan estudios más amplios para establecer la relación entre consumo y recaídas".

Por su parte, Ángel Pazos, catedrático de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Cantabria, ha asegurado en la reunión que la amplia variedad de acciones biológicas asociadas al sistema cannabinoide ha abierto la posibilidad de desarrollar compuestos farmacológicamente activos sobre sus receptores, y mecanismos de regulación de sus niveles que puedan ser útiles en el tratamiento de diversas patologías.

ALIVIO EN HUNTINGTON
El presidente de la SEIC, Javier Fernández-Ruiz, del Departamento de Bioquímica y Biología Celular III de la Universidad Complutense, se ha referido al potencial de los cannabinoides en el tratamiento de la enfermedad de Huntington (EH). Hay estudios que dejan claro el potencial de ciertos agonistas cannabinoides para proteger a las neuronas estriales de la muerte provocada por diferentes tipos de estímulos citotóxicos operativos en EH. Gracias a este potencial, los cannabinoides serían capaces de frenar o retrasar la progresión de esta enfermedad, pero ello no permitiría la reparación del tejido dañado "en el caso de que el tratamiento se iniciase después de que la degeneración estriatal hubiese ya comenzado".


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