Sólo unos pocos estados han dado luz verde al cannabis con fines terapéuticos. Nuevos estudios alertan de la aparición de episodios de psicosis y alucinaciones derivado de su abuso.
La marihuana medicinal padece una enfermedad difícil de curar en Estados Unidos: su mala imagen. Con frecuencia se escuchan opiniones de médicos y científicos que muestran su desacuerdo, mientras que otros defienden a ultranza su uso para muy diversas enfermedades.
El debate sobre la legalización del cannabis se remonta a 1900, cuando se comenzó a utilizar con fines recreativos. Ya han pasado más de cien años y la polémica sigue candente. Muchos partidarios se enfrentan a una oposición aún fuerte. «Nunca entendí muy bien cuál es el problema», señala Kenneth W. Goodman, profesor de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami y codirector del programa de ética. «Si se debe usar opiáceos o aspirina o antibióticos o marihuana o cualquier cosa depende de la investigación». Destaca también que «si hay evidencias que muestran que algo funciona y está controlado por los médicos, ¿cuál es el problema?» Pero la cautela se impone entre la mayoría de los expertos.
Para la psiquiatra Amanda Zárate, del Centro de Salud Mental Gardens, situado en Miami, los consumidores de cannabis presentan una «gran variedad de síntomas, entre ellos trastornos psíquicos o ansiedad. Se dificulta la vida normal, la concentración o la toma de decisiones». En todas sus variedades, la marihuana afecta la mente. Es decir, «altera la función normal del cerebro debido a que contiene el ingrediente químico activo llamado THC (delta-9-tetrahidrocanabinol). Hay que tener claro que afecta las partes del cerebro que controlan funciones como la memoria, la atención y el aprendizaje».
Sin embargo, una revisión de 33 ensayos clínicos que han sido controlados científicamente y publicados en EEUU desde 1971 hasta 2009, confirma que la marihuana tiene efectos beneficiosos en condiciones médicas específicas. En esta investigación participó un equipo de la Universidad de Washington «Use of Cannabis in the United States: Historical Perspectives, Current Trends, and Future Directions». La dirección del proyecto ha estado a cargo del doctor Sunil Aggarwal. «El error más común entre los médicos y el público es pensar que la eficacia terapéutica de la marihuana se fundamenta sólo por anécdotas contadas por pacientes». El estudio afirma que «los cannabiodes, como analgésico, son extremadamente seguros, con una toxicidad mínima». En el texto se destaca también que la marihuana sigue siendo ignorada por la comunidad médica, aunque unos siete mil facultativos se la recetan a unos 400.000 pacientes.
Su uso terapéutico sigue prohibido en 36 estados de EE UU y se ha legalizado su consumo medicinal en catorce estados: Alaska, California, Colorado, Hawai, Maine, Maryland, Michigan, Montana, Nevada, Nuevo México, Oregón, Rhode Island, Vermont y Washington. California es el único que tiene dispensarios y promueve sus servicios de venta.
Estudios positivos
Investigadores de la Universidad del Centro de California para la Investigación de Cáñamo indio Medicinal (CMCR) han encontrado «pruebas razonables que aseguran que el tratamiento con cannabis es prometedor» para algunas condiciones médicas específicas, todas ellas relacionadas con el dolor. «Nos concentramos en enfermedades donde el tratamiento médico corriente no proporciona el alivio adecuado o no mejora los síntomas», explicó el director de CMCR, Igor Grant. Y añadió que «estas conclusiones científicas facilitan que los políticos y la gente en general hablen sin perjuicios, ni en voz baja acerca del uso de la marihuana en la asistencia médica». Los investigadores completaron cinco procesos clínicos científicos, mientras que otros más están en proceso. Estos estudios mostraron que el cáñamo puede ser provechoso para aliviar el dolor, también en determinados accidentes, enfermedades del sistema nervioso y posiblemente para los espasmos dolorosos que produce la esclerosis múltiple. Estos resultados han tenido un impacto nacional e internacional, al punto de que expertos de EEUU y otros países viajaron a California para observar y analizar los posibles usos del cáñamo como agente terapéutico. Otros estudios serán necesarios para analizar y comprobar su acción. Además el potencial terapéutico de aquellos compuestos que contienen un alto contenido de cannabis, afirman los investigadores.
Más al norte de EEUU, en Canadá, una nueva investigación señala que los adolescentes canadienses están entre los consumidores más grandes de marihuana en todo el mundo. El estudio de la doctora Gabriella Gobbi, investigadora psiquiátrica del Instituto de Investigación del Centro Médico de Universidad McGill analiza los efectos perjudiciales de esta medicina ilícita en los jóvenes. Su análisis sugiere que el consumo diario de cannabis durante la adolescencia puede provocar depresión y ansiedad, así como tener un efecto irreversible en el cerebro, a largo plazo. Desde Australia, un nuevo estudio publicado esta semana en el çultimo número de la revista «Archives of General Psychiatry», John McGrath, y sus colegas del Instituto Cerebral de la Universidad de Queensland, plantean que los jóvenes que han usado el cáñamo durante un largo período de tiempo pueden tener alucinaciones o presentar los síntomas de la psicosis.
Mota, hierba, mafú, pasto, maría, monte, moy, son sólo algunas de las 200 maneras que existen en EEUU para nombrarla, mientras los beneficios terapéuticos avanzan lentamente ante las reservas de muchas personas por sus efectos psicotrópicos. Los sondeos revelan que la actitud de la sociedad norteamericana con respecto al cannabis está en un proceso de cambios. De acuerdo con una encuesta de Angus Reid Public Opinion publicada a finales de 2009, un 53 por ciento de los estadounidenses apoya la legalización de la marihuana; otro sondeo de Zogby International publicado en enero de 2010 afirma que un 58 por ciento de los encuestados de la Costa Oeste considera que la marihuana debería ser «tributada y regulada como el alcohol y los cigarrillos». Sólo un 36 por ciento discrepó. Del otro lado, en la Costa Este, el 48 por ciento apoya la legalización, mientras que en las regiones central y sur sólo alcanza un 37 por ciento.
A favor
Uno de los argumentos de los pro cannabis es los buenos efectos que produce en pacientes con esclerosis múltiple. Una revisión sistemática, publicada recientemente en la revista «Neurology», encontró que cinco, de los seis procesos controlados mostraron una reducción de la espasticidad y una mejora de la movilidad. Shaheen Lakhan y Marie Rowland de la Fundación Inicial Neuroscience Global, en Los Ángeles, buscaron procesos que evalúan delta9-tetrahydrocannabinol de extractos de cáñamo indio (THC) y cannabidiol (CBD). Según Lakhan, «encontramos pruebas que combinaron THC y extractos de CBD puede proporcionar una ventaja terapéutica para los síntomas».
En esta investigación se abordan sus efectos secundarios como la intoxicación, entre otros. «Hemos tenido en cuenta la angustia, por lo que es importante tener cuidado y observar los efectos». De todas maneras, Lakhan concluye: «El potencial terapéutico del cannabis en la esclerosis es completo y debería tenerse en consideración». Diane Riportella, afectada de esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular también conocida como Lou Gehrig, comenta a los periodistas sentada en su silla de ruedas: «Desde que me detectaron la enfermedad en septiembre de 2007, me recetaban morfina y otras medicinas, como las que mataron a Michael Jackson. Sólo me calmaba parcialmente y me provocaba crisis nerviosa, hasta que me dijeron que la marihuana podría calmar el dolor». A Diane le recomendaron usar la cura natural y «después de unos minutos me sentí mucho más calmada, se terminó la tembladera, además de las náuseas y los calambres insostenibles».
lunes, 15 de marzo de 2010
La marihuana medicinal divide a Estados Unidos
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