Guardia Urbana y Mossos identificaron a 149 menores en una operación que se desarrolló en diferentes parques y discotecas de l'Eixample
La Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d'Esquadra han identificado este fin de semana a un total de 149 menores en un macrooperativo conjunto para prevenir que los menores consuman alcohol y drogas en discotecas y alrededores, en toda la ciudad, y en parques, plazas e interiores de edificios del distrito del Eixample, según informaron a Europa Press ambos cuerpos.
Desde el jueves, varias unidades de ambos cuerpos recorrieron los alrededores de discotecas -que también fueron inspeccionadas-, así como distintos parques e interiores de edificios del Eixample, para detectar a menores que consumían alcohol y fumaban porros de marihuana y hachís, en las operaciones Minerva y Cel obert, en las que participaron 82 agentes de ambos cuerpos. En total, levantaron 52 actas por consumo de estupefacientes, y más de una veintena por consumir alcohol, se entregó a 25 menores a sus padres y a 20 de ellos se les informó de un programa de atención psicopedagógica como alternativa a la multa por consumo de estupefacientes, que suele ser de unos 300 euros.
Desde enero, los agentes han vigilado 630 espacios, han denunciado a 409 jóvenes por posesión o consumo de estupefacientes y a 182 por consumir alcohol en la calle. Su misión es preventiva. Tratan de que los menores y sus padres se den cuenta del riesgo y, a los que pescan consumiendo drogas de entre 14 y 17 años, les proponen adherirse al programa psicopedagógico.
Según el intendente de la Guardia Urbana Pedro Velázquez, este protocolo tiene como principal objetivo proteger a un colectivo "muy vulnerable" de conductas de riesgo. Admitió que los últimos años han notado un repunte de jóvenes que consumen drogas y alcohol porque, según les manifiestan, tienen ganas de "probar". Les encuentran bebiendo alcohol, con navajas u otras armas, gritando o cantando y molestando a los vecinos, consumiendo drogas, haciendo grafitis y aparcando mal sus motos, entre otras conductas de riesgo.
Viernes por la tarde. Una unidad de dos policías de paisano se dirige a los jardines de la Torre de les Aigües, un parque en el interior de un edificio, donde encuentran a seis menores borrachos de entre 14 y 16 años. Dos de las chicas, completamente ebrias, estallan en llantos al saber que los agentes van a acompañarlas a casa y van a informar a sus padres. Según ellas, solo estaban celebrando con una botella de vodka que habían terminado un examen.
Poco después, en los jardines de Caterina Albert, un grupo de jóvenes entres 13 y 16 años están sentados en bancos y fumando porros, cuando los agentes irrumpen y encuentran a dos de ellos en posesión de hachís y a otros dos fumando. El sábado los agentes se centran en las discotecas de tarde y los alrededores. Anoche, cinco chicas de unos 15 años fueron acompañadas a casa tras ser encontradas fumando marihuana en el parque del Escorxador, muy cerca de una conocida discoteca. Algunas aseguran que sus padres tienen problemas con las drogas y de depresión, e imploran a los policías que no les avisen. No obstante, en una situación así, y si son menores, llaman a los padres o tutores para que recojan a sus hijos y si no pueden, los trasladan a comisaría hasta que vayan a por ellos.
Los padres, cuando llegan, están desconcertados, enfadados y nerviosos, con ganas de ver a sus hijos pero de castigarles a que "no salgan más". Una de las agentes se encarga de tranquilizarles y explicarles lo que estaban haciendo los menores, sin alarmismos, para que puedan dialogar con ellos y evitar que una conducta de riesgo pueda convertirse en un problema.
viernes, 8 de enero de 2010
Macrooperativo contra el alcohol y las drogas en Barcelona
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