miércoles, 28 de julio de 2010

NO TENER AMIGOS ES TAN PELIGROSO COMO FUMAR O TOMAR ALCOHOL

No tener amigos puede ser tan peligroso para la salud como fumar o tomar alcohol en exceso, según concluye un estudio de científicos estadounidenses publicado en la edición electrónica de la revista PLoS Medicine.
Los expertos aseguran que el aislamiento es malo para la salud y, sin embargo, esta es una tendencia cada vez mayor en un mundo industrializado en el que "se están reduciendo enormemente la cantidad y la calidad de las relaciones sociales". Estudios previos han demostrado que las personas con menos relaciones sociales mueren antes que aquellos que se relacionan más con amigos, conocidos y familiares.

Por eso, preocupados por el aumento de personas que se relacionan menos con los demás, analizaron cómo puede afectar a la salud un aislamiento excesivo. Para ello, los investigadores recurrieron a 148 estudios previos que facilitaran datos sobre la mortalidad de los individuos en función de sus relaciones sociales.
Tras analizar los datos de 308.849 individuos, seguidos durante una media de 7,5 años, descubrieron que las personas con más relaciones sociales tienen un 50% más de probabilidades de supervivencia que aquellos que se relacionan menos con los otros.

Supera a otros factores de riesgo
Según los expertos de la Universidad Brigham Young (Utah) y del departamento de epidemiología de la Universidad de Carolina del Norte que han participado en el estudio, la importancia de tener una buena red de amigos y buenas relaciones familiares "es comparable a dejar de fumar y supera muchos factores de riesgo de la mortalidad como la obesidad, la inactividad física". Estos resultados también revelan que analizando otros efectos como la edad, el sexo o la
condición de salud del individuo, la integración social puede ser otro factor a tener en cuenta a la hora de evaluar el riesgo de mortalidad del individuo.

"La medicina contemporánea podría beneficiarse del reconocimiento de que las relaciones sociales influyen en los resultados de salud de los adultos", han señalado los responsables del estudio que consideraron que tanto médicos como educadores podrían advertir de la importancia de la relaciones sociales.

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martes, 27 de julio de 2010

LA MAYORÍA DE LOS JÓVENES CONSUME HASTA TRES DROGAS DIFERENTES EN LAS NOCHES DEL "BOTELLÓN"

"Es grave que no descienda el uso de estos narcóticos", valora el director de Alborada sobre el resultado de su última encuesta

¿Qué vas a tomar esta noche en el "botellón"? La mayoría de los asiduos al ocio en espacios públicos en Vigo responde de forma anónima que consume tres (52%) o cuatro sustancias (15%) en las noches de marcha. Sólo un 20% de los asiduos al botellón son menores de edad y la práctica mayoría, universitarios. Salen una media de siete horas de marcha, en las que el gasto es de una media de 26,39 euros.

La última radiografía del "botellón" en la ciudad –donde se cumple un año de la entrada en vigor de la ordenanza que lo prohíbe en Loriga y Casco Vello– muestra una estabilización de los consumos, si bien sustancias como el éxtasis (MDMA) y la cocaína suben ligeramente.

Esa tan directa pregunta sobre el consumo de drogas la plantearon en quince salidas nocturnas por Vigo un equipo de educadores y voluntarios, con una unidad móvil, de la Asociación Alborada. Recorrieron diferentes "botellones" y los resultados del estudio se trasladan ahora al anuario de 2009 del Proxecto Creative, un programa de prevención selectiva juvenil del consumo de alcohol y otras sustancias. Ofrecen información sobre lo que consumen y, a veces, incluso analizan lo adulterada que está la sustancia que van a consumir, por posibles efectos fatídicos sobre la salud.

El psicólogo clínico y director del Área de Asistencia e Intervención de Alborada, Jesús Cancelo, valora como "grave" que el consumo no baje. Mientras las administraciones barajan medidas legislativas, el experto asegura que se reforzarán las campañas de sensibilización: "El mensaje es: No tomes drogas; pero si lo haces, que corras el menor riesgo posible y que tu conducta no afecte a los demás".

Por el aspecto que más preocupado se muestra Cancelo es por el consumo de tanto alcohol –siete de cada diez jóvenes beben copas de combinados con licores de alta graduación– en poco tiempo. "Se está estudiando cómo puede afectar el exceso de alcohol tan rápidamente; en ensayos se está viendo si mueren neuronas por apoptosis o necrosis y cómo puede influir esto sobre la memoria, sobre el aprendizaje de nuevos conocimientos, lo que podría explicar la pérdida de interés por aprender, la motivación para tomar decisiones en la vida...", reflexiona. Otra de las perspectivas, además de la de la salud, está asociada al vandalismo y las molestias que acarrea esta práctica. También en las encuestas, los jóvenes reconocen que cuando no recogen los restos a la basura, lo hacen por su estado de embriaguez.

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LA CRISIS AGUDIZA EL CONSUMO DE DROGAS "MÁS BARATAS" Y TRANQUILIZANTES

La crisis económica que afecta a España está agudizando el consumo de drogas "más baratas", como el cannabis, frente a otro tipo de sustancias que suponen un mayor desembolso económico como son las drogas de diseño.

La crisis económica que afecta a España está agudizando el consumo de drogas "más baratas", como el cannabis, frente a otro tipo de sustancias que suponen un mayor desembolso económico como son las drogas de diseño.

Así lo ha asegurado hoy a los periodistas el presidente provincial de Proyecto Hombre en Málaga y Melilla, Juan José Soriano, quien ha explicado que se ha producido un aumento en el consumo de cannabis, en tanto ha descendido el de éxtasis.

En cuanto a los tranquilizantes, ha señalado que el cinco por ciento de los usuarios de esta organización en las dos ciudades son adictos a este tipo de sustancia que "evitan el contacto con la realidad", algo que ha destacado como un efecto derivado de la actual situación.

Soriano ha manifestado que la edad de inicio en el consumo de drogas se ha adelantado hasta los doce años, lo que ha obligado a formar a terapeutas para ofrecer tratamiento a adolescentes.

Según ha dicho, el 77,12 por ciento de los adolescentes incluidos en un programa de Proyecto Hombre son adictos al cannabis, un seis por ciento más que el año anterior, mientras que el porcentaje de consumo de alcohol es de 53,72 por ciento, un trece por ciento más.

La cocaína es la sustancia a la que están enganchados casi un ocho por ciento, en tanto el éxtasis ha bajado un siete por ciento.

Desde que Proyecto Hombre reabriera en enero su sede en Melilla, quince personas han comenzado el tratamiento, de las que el cincuenta por ciento son mujeres.

Soriano ha resaltado que el porcentaje de mujeres que inician un tratamiento de desintoxicación en la ciudad es muy superior al de, por ejemplo, la provincia de Málaga, donde no se llega al quince por ciento.

La media de inicio del tratamiento en Melilla es de 26 años, mientras que las principales sustancias adictivas son el alcohol, la cocaína y el cannabis.


La crisis económica que afecta a España está agudizando el consumo de drogas "más baratas", como el cannabis, frente a otro tipo de sustancias que suponen un mayor desembolso económico como son las drogas de diseño.

Así lo ha asegurado hoy a los periodistas el presidente provincial de Proyecto Hombre en Málaga y Melilla, Juan José Soriano, quien ha explicado que se ha producido un aumento en el consumo de cannabis, en tanto ha descendido el de éxtasis.

En cuanto a los tranquilizantes, ha señalado que el cinco por ciento de los usuarios de esta organización en las dos ciudades son adictos a este tipo de sustancia que "evitan el contacto con la realidad", algo que ha destacado como un efecto derivado de la actual situación.

Soriano ha manifestado que la edad de inicio en el consumo de drogas se ha adelantado hasta los doce años, lo que ha obligado a formar a terapeutas para ofrecer tratamiento a adolescentes.

Según ha dicho, el 77,12 por ciento de los adolescentes incluidos en un programa de Proyecto Hombre son adictos al cannabis, un seis por ciento más que el año anterior, mientras que el porcentaje de consumo de alcohol es de 53,72 por ciento, un trece por ciento más.

La cocaína es la sustancia a la que están enganchados casi un ocho por ciento, en tanto el éxtasis ha bajado un siete por ciento.

Desde que Proyecto Hombre reabriera en enero su sede en Melilla, quince personas han comenzado el tratamiento, de las que el cincuenta por ciento son mujeres.

Soriano ha resaltado que el porcentaje de mujeres que inician un tratamiento de desintoxicación en la ciudad es muy superior al de, por ejemplo, la provincia de Málaga, donde no se llega al quince por ciento.

La media de inicio del tratamiento en Melilla es de 26 años, mientras que las principales sustancias adictivas son el alcohol, la cocaína y el cannabis.

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EL ÚLTIMO GRAMO (REPORTAJE)

Empezaron a consumir cocaína siendo adolescentes. Una forma más de divertirse por la noche. Probaron y lo pasaron muy bien. Con el tiempo, la coca los dejó solos. Un día comprendieron que aquella debía ser la última raya. Seis jóvenes adictos describen su viaje del placer al descontrol. En un país, España, que es el primer consumidor mundial. Y en una época, el verano, donde muchos empezaron su coqueteo.

Sandra, de 15 años, se lanza a por su primer baño del verano en la piscina de una finca cercana a Chinchón (Madrid). Es la niña habladora y graciosa del grupo, compuesto por otros cinco chicos adolescentes mayores que ella, hoy revolucionados por la presencia de una nueva y guapa socorrista. El sol cae con fuerza, en lo que es la primera oleada de calor intenso del año. Huele a vacaciones y el chapoteo juvenil nos traslada mentalmente a un campamento. Es una ilusión que termina tras sesenta minutos milimétricamente cronometrados. Todavía mojada, en biquini y arropada con una toalla, Sandra se apresura a entrar en la casa, que le recibe con un horario de tamaño sábana. A cada paso hacia su habitación, una norma, una frase: "El 90% del éxito se basa en insistir". Sandra es un nombre ficticio para preservar su verdadera identidad. Hace cinco meses y medio que lucha contra la cocaína en el Centro Terapéutico Los Álamos. Ha mejorado mucho. Dicen que parecía un zombie. Ahora solo parece despistada.


"El verdadero problema de la cocaína es que está muy buena. Si no nos gustara, no estaríamos aquí"

"A mí la fiesta me duró dos años. Poco a poco me fui quedando solo. Salía del trabajo y me iba a pillar"

"Un adolescente que pierde la timidez gracias a un primer consumo de cocaína es candidato a ser adicto"


Por el centro, gestionado por Proyecto Hombre aunque pertenece a la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid, pasan adolescentes y jóvenes enganchados al cannabis, la cocaína o las pastillas desde hace una década. David Sánchez es su educador más veterano. Lleva siete años y nota que cada vez llegan "usuarios" de menor edad. El centro recibe a chavales que, por culpa del abuso de sustancias, dañaron y destruyeron los cimientos de su vida antes de construirla. El uso de cocaína es independiente del origen y nivel socioeconómico de las personas. En España, casi el 10% de la población entre 15 y 24 años ha probado la euforia, deseo sexual o locuacidad que proporciona la coca. España es líder mundial en su uso, por encima de EE UU y Reino Unido, con los que, según el año, alterna puesto en el podio.

Con más o menos trabajo por delante, los chavales intentan resurgir. La finca en la que viven es muy confortable. Huele a limpio. De hecho, ellos mismos se encargan de tareas de responsabilidad como parte de su terapia. En la cocina, por ejemplo, se turnan para lavar platos. Al estar aislados del mundo, la tentación de fugarse se minimiza y les ayuda a centrarse en una vida sin drogas. Una de las máximas del tratamiento consiste en mantenerlos activos y ocupados. Se trata de que no tengan demasiado tiempo para pensar en lo que hay fuera. Los profesionales que tratan con ellos son variados: educadores, terapeutas, psicólogos..., jóvenes en la treintena y cercanos en el trato. Saben que el discurso de "la droga es mala" no sirve para nada: "Les hacemos ver la cara amarga de la coca, pero sin ocultar la cara divertida que ellos bien conocen". Al principio, el tratamiento consiste en inculcarles un horario, una rutina: "Empezamos por cumplir el ciclo de sueño vigilia, que lo traen alterado. Después trabajamos en actividades manipulativas, formativas, cognitivas... Y fomentamos buenos hábitos", explica Ana García, la subdirectora. Los talleres en los que se afanan van desde la jardinería hasta la albañilería o la estética.

Jesús es uno de los habitantes de la finca. Lo tenía claro. Quería dejar la droga de una vez. Llegó hace mes y medio, aunque lleva más tiempo tratando de conseguirlo. Tiene 22 años y es consumidor de cocaína desde los 17. No es muy alto, pero físicamente está fuerte. Varios pacientes lo están, gracias al fomento del deporte y el gimnasio. Hablamos dentro de una pequeña sala: "El problema de la cocaína es que está muy buena. Si no nos gustara, no estaríamos aquí", simplifica. Hace dos meses y medio sufrió un craving, un impulso irremediable de consumo, muy difícil de controlar. Agachó la cabeza y se esnifó varias rayas. Sus últimos gramos hasta hoy: "La droga es un mundo de mentiras. Crees que puedes salir a la calle con normalidad. No es así. Sabes que haces mal las cosas. Intentas remediarlo. Pero no puedes".

A pesar del tropiezo, que los terapeutas consideran parte del proceso, Jesús tiene parte de su batalla ganada. "El que no reconoce el problema tiene dos problemas", zanja. Durante una hora larga nos cuenta su

historia. Dice que le desahoga. Quiere que su experiencia sirva. Le gustaría hablar en colegios. Cuenta que llegó a ganar 1.700 euros en una empresa. Destinaba casi todo el sueldo para irse de ( esta. Gastaba hasta

500 euros de una tacada, en una noche. A ese ritmo, para el día 10 o 15 del mes pedía anticipos

a su jefe. Otras veces pedía fiado. O contaba películas: "Mañana te lo doy". Los camellos acababan buscándole. El padre de Jesús pagó "muchísimas veces": 100, 200, 300 euros cada vez. La familia, de clase

media, donde padre y madre tienen buenos puestos de trabajo, trataba de atajar el problema.

Al tiempo que pagaban la coca, intentaban dialogar con su hijo. Pero la paciencia se agotaba. Le advirtieron y lo echaron de casa varias veces. Dos o tres días de sufrimiento para ellos, tiempo que Jesús, lejos de

utilizarlo para reflexionar, fundía en su coche, solo, en una espiral de rayas-subidónbajón, rayas-subidón-bajón... Y vuelta a casa. Discusiones con los padres. Y con su novia, que entró en depresión. Un día, Jesús

agredió a su padre. La policía apareció en el salón de una familia. Jamás pensaron que la cocaína iba a entrar en sus vidas. Le dieron un ultimátum a su hijo.

"¡Vamos, niña, vamos!", apremia David Sánchez, educador de la joven Sandra, desde la mitad del pasillo de las habitaciones. Al ser menor de edad, no podemos hablar con ella ni fotografiarla. La adolescente nos tienta a romper el pacto: "Mi madre da permiso".

David improvisa unas preguntas:

-¿Cuánto te doy el coñazo?

-Tú lo das bastante, y yo más.

-¿Cuánto tiempo te queda aquí?

-Mes y medio.

-¿Ha costado, no, niña?

-¡Sí!

-Tienes mucho impulso, mucho genio, ¿eh?

-¡Todo se supera!

-¿Qué consumías?

-THC, cocaína... ¡y de todo por ahí!

Resulta una obviedad, pero un adicto no llega a serlo sin una primera experiencia. Esta llega, de media, a los 20 años, según el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), aunque en lugares como Proyecto Hombre la media de inicio está en casi 16 años. La primera raya determina mucho su consumo posterior, según Carlos Dulanto, médico especialista en adicciones desde hace tres décadas. Cuando empezó, apenas había cocainómanos

en su consulta, en el centro de Madrid. Hoy son el 80%, un tercio de ellos, mujeres. "La droga gusta en función de lo que te solucione. Una persona tímida que a los 15 años se da cuenta de que con dos cervezas en una discoteca es el rey del mambo y se las liga a todas... ya es un candidato a la adicción".

Con la cocaína, también: "El día que un adolescente ve que con la coca le baja el cebollón, está espídico y junta los efectos desinhibidores del alcohol con la euforia de la cocaína, a partir de ahí dice 'esto es Hollywood".

Las campañas de prevención no funcionan, opina Dulanto. "Nadie escarmienta en cabeza ajena", afirma un cocainómano que lleva tres años alejado del consumo y que tuvo a su mujer de cabeza durante 14. Aunque

no todos los que prueban la coca caen en ella para siempre, sí todos los que se inician aceptan la ruleta rusa, donde prima el aquí y ahora, y donde el "a mí no me va a pasar nada" o "sólo se enganchan los tontos" son las justicaciones más recurrentes, explica Dulanto.

Con la llegada del verano, dice Eusebio Megías, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), surge una nueva excusa: "Es un momento de iniciación en las drogas, momento en el que se potencia un

paréntesis de responsabilidad". No se sabe cuántos españoles empezaron en la estación estival, pero sí que un 8% de la población ha probado alguna vez la sustancia, el doble que hace una década. Un 3% la ha utilizado en el último año, y un 1,6%, en el último mes.

El consumo de cocaína va ligado, prácticamente siempre, al de alcohol. En realidad, "un cocainómano puro no existe", asegura Dulanto. En el caso de los adolescentes, a menudo más temerosos a la exclusión del

grupo de amigos que a las consecuencias de las drogas, hay datos preocupantes. Si en 1994, uno de cada cinco se había emborrachado en el último mes, hoy día ya son la mitad de los chavales de entre 14 y 18 años

los que abusan del alcohol al menos una vez cada 30 días, según el PNSD. Además, uno de cada cinco no ve peligroso el uso esporádico de cocaína.

"Con la bebida no es que tenga un problema en sí. A mí lo que me pide el cuerpo es cocaína. Pero no puedo probar el alcohol. Sería una recaída segura en la coca", reconoce Jesús. Se metió su primera raya a los 17,

en su estreno en una discoteca. Le gustó la experiencia, pero tardó un año en esnifar la segunda. Sin embargo, la tercera y la cuarta fiesta llegaron enseguida y empezó a encadenar fines de semana. Recuerda habérselo pasado en grande, quemando las noches de sus 18 y 19 años. La fiesta, sin embargo, tenía

fecha de caducidad: "Me duró como mucho dos años. Los amigos poco a poco se alejaron. Me fui quedando solo. Empecé a consumir por mi cuenta. En los parques, en casa, en mi coche". Salía del trabajo, se bebía una cerveza e iba "a pillar". Estaba atrapado. Aislado. Y llegó el ultimátum familiar.

De aquello hace un año. Contactó con Proyecto Hombre. Primero lo intentó de manera ambulatoria, en centros a los que el paciente adicto acude algunas horas por semana, a terapia. No le funcionó. Desde

hace mes y medio vive en la finca cercana a Chinchón. Dice que lo suyo no es un vicio, sino una enfermedad. Aunque él mismo se lo ha provocado, sus conexiones neuronales, modificadas ya de por vida por culpa del

abuso de cocaína, no le darán tregua jamás. Entramos a la Facultad de Psicología de la UNED, en Madrid, donde trabaja e investiga Emilio Ambrosio, catedrático experto en adicciones. Lleva años experimentando con

ratas, similares en su comportamiento a los humanos. En un laboratorio introduce al animal dentro de una urna, donde aprenderá que al pulsar una palanca recibirá comida. Tras dos semanas, le colocan una sonda en la cabeza y sustituyen el alimento por cocaína. Cada vez que el animal toca esa palanca, una dosis de droga corre desde una jeringuilla hacia un tubito, y de ahí al cerebro. A un 90% le gustará la primera experiencia, y cada día demandará más y más coca, apretando la palanca con insistencia. A la rata, explica

Ambrosio, la cocaína le provoca cambios cerebrales de por vida, igual que a los humanos: "Los cocainómanos tienen daños en la corteza prefrontal, lo que provoca daños en su toma de decisiones. Nunca se podrá recuperar el 100%". Por eso, un adicto podrá aspirar, como mucho, a ser ex consumidor, y una sola raya o una gota de alcohol pueden alterar su capacidad de elegir adecuadamente.

A diferencia de los tratamientos contra la heroína, que tiene en la metadona un sustituto, las terapias contra la coca se basan en un duro entrenamiento psicológico. Se trata de preparar al cocainómano mentalmente

para que no vuelva a probar esa gotita de alcohol o esa micra de coca que le llevarán, con seguridad, a las andadas. Apartarla es posible, pero es más fácil cuando detrás de la terapia hay una base familiar potente. Jesús se emociona cuando recuerda su primer día en la calle. Salió unas horas de la finca de Chinchón. Fue con sus padres a un restaurante: "Cuando vino mi padre y me dio un abrazo, fue increíble... Hacía muchos años que no veía eso. El hecho de comer con ellos y hablar... se me hacía raro. Yo estaba muy

nervioso, pero nos comunicamos bien".

Además del apoyo familiar, es indispensable cambiar de vida, dejar atrás a los viejos amigos consumidores, cambiar de número de teléfono... Si la persona consigue incorporarse al mercado laboral, mejor. Al principio,

el dinero debe administrarlo una persona de confianza. Pasos básicos que nos cuenta un chico de 35 años que hace tres que lo dejó.

Según él, también es indispensable decir adiós a los lugares conflictivos. No es fácil, porque la cocaína en España está en todas partes. Bares, pisos, discotecas, amigos de amigos... Y por supuesto, también

en los poblados marginales, sórdidos y peligrosos, pero abiertos las 24 horas. En el caso de Madrid, personas de todo tipo y condición acudían antes a Las Barranquillas a por sus gramos para consumir o menudear

en las zonas de marcha de la capital. Hoy, los compradores acuden a Valdemingómez, en la Cañada Real. Jesús iba en ocasiones: "Las casas están totalmente blindadas. Para entrar atravesaba tres puertas, donde te van dando paso de una a otra estancia. Hasta que llegas al gitano o gitana, que espera en una mesa. Tiene su montón de cocaína, su pesa, la papela. Le dices las micras que quieres. 'Toma, 40, 100, 200 euros'. Y te vas. La policía no puede hacer nada. Nunca me han parado. Y mira que he llegado a llevar 15 o

20 gramos encima". Es decir, entre 900 y 1.200 euros en cocaína. "Lo que no sé", añade, "es cómo no me he matado. He tenido varios accidentes. Iba hasta el culo, borracho...", recuerda.

En ese trasiego de coches y cientos de personas que acuden cada día al poblado también estaba Ángel Verguizas, ex soldado y hoy compañero de Jesús y Sandra en la finca de Proyecto Hombre. Aparece sonriente, dispuesto a dar la cara. No es habitual en un gremio, el de los cocainómanos, que

pide el anonimato por sistema. Vestido con bermudas y camiseta verde clara, Ángel hace memoria: "Iba a Valdemingómez con mi cabo de la Brigada Paracaidista. Es un sitio asqueroso. Están todos los yonquis pidiéndote. 'Que te pires', les decíamos. Y los gitanos gritaban, '¡entra aquí!'. Mi cabo conocía a La Pelona, una gitana del poblado. Era una vieja gorda, con el pelo muy largo. Por fuera son chabolas, pero por dentro tienen unas cacho casas que te quedas loco. Flipas, todo de madera, teles gigantes, cochazos... Tenía

cocaína por un tubo, en una caja enorme, llena de pelotas como de billar. Un desfase".

Angel debutó en la cocaína a los 16 años. También es adicto a la marihuana, con la que empezó a los 13. Hoy tiene 21. El pasado septiembre dejó el Ejército. No le renovaron, tras tres análisis positivos de drogas. De "los paracas", Ángel recuerda las interminables noches de alcohol, porros y cocaína en el acuartelamiento de Paracuellos del Jarama, junto a sus antiguos compañeros. Pero también se le ha quedado grabado el desierto de Herat, en Afganistán. Allí estuvo cuatro meses, en 2007, en la base Príncipe Lepanto. En las salidas vio morir a dos compañeros y a familias enteras despedazadas: "Los americanos no preguntan. Lanzan un misil contra un edificio y luego nosotros llegábamos a ayudar, con las mantas". Ángel recuerda a los niños

afganos: "Pobrecillos, no tienen nada. Venían con ' chas de hachís como ladrillos a cambio de una latita o una barrita de turrón". Según Ángel, la permisividad con las drogas en el Ejército es alta. A su cabo le despidieron

cuando hubo un relevo del teniente coronel. Acumulaba quince positivos: "Algo haría el cabrón para escaquearse antes. Creo que los mandos saben que hay mucho consumo. Pero les conviene. Así también tienen ellos. Saben quién lo tiene y en vez de arrestarle, le piden". Pero ese mirar para otro lado, esa aceptación social que describe, no es exclusiva de los militares, sino en general de la sociedad, según muchos expertos en cocaína: "Afecta a todos los gremios por igual: taxistas, fontaneros, políticos, deportistas, periodistas, médicos...". Asía hasta el infinito.

Cuando Ángel se quedó sin trabajo, se le presentó un problema: ¿cómo afrontar sus adicciones sin dinero? Tuvo suerte de no meterse en problemas penales, aunque su historial dé para un telefilme: robó joyas a su

madre. Le echaron de casa. Durmió cuatro meses en cajeros automáticos de Madrid; atracó a turistas en las callejuelas próximas a la Puerta del Sol; robaba en casas y supermercados con sus amigos; sorprendió a veraneantes en las tumbonas de Benidorm, atacándoles por la espalda, ahogándoles lo justo para atontarles y llevarse sus carteras; y salió huyendo cuando vio morir a un "colega" que cayó a las vías desde un puente cuando iban a por droga al poblado de Pitis (Madrid).

El terreno de la finca donde los adolescentes tratan de desengancharse es inmenso, dividido en dos centros, Los Álamos y El Batán, pegados entre sí. Solamente hay menores de edad en el primero, donde vive Sandra.

En el segundo son todos adultos, aunque hay chavales de 22 años con un largo historial adictivo, como Jesús. Junto a él viven personas de 40 y 50 años, más castigadas. "Cuando los chavales miran a esa gente quedan impactados. Aunque en realidad no se identifican con ellos, porque no creen que puedan llegar a esa situación", explican los educadores. Los padres, dicen, llegan desesperados. Aunque el adolescente, coinciden los terapeutas, tiene que estar convencido de que tiene un problema. Si no, es muy difícil resolver nada.

Tras medio año internos, los pacientes pasan a un seguimiento ambulatorio. Es el caso de un chico que se deja fotografíar, pero que prefiere dejar su verdadero nombre a un lado. No le importa que sus conocidos le

vean. Pero no quiere que, en el futuro, un buscador de Internet relacione su verdadero nombre con su cara y este reportaje. Por eso nos pide que le llamemos James King. Él representa la fina línea hacia la delincuencia:

"Un día vacié el joyero a mi madre. Me dieron 5.000 euros. Me compré un montón de cocaína y me fui de juerga con mis amigos. Un desfase total. Se empieza así, robando un anillo. O un collar. Siempre algo pequeñito. Luego va en escala. También robé a mi abuela. Recuerdo perfectamente el día que entró en mi habitación: '¿qué ha pasado con todas las joyas de la bisabuela?'. Se puso a llorar. Le hice muchísimo daño", cuenta en la sede de Proyecto Hombre en Madrid. Este madrileño, de 22 años, pasó 14 de ellos, los de su infancia y adolescencia, viviendo en EE UU. Allí probó alcohol, marihuana y pastillas. Y allí debutó en la coca a los 18. Dos años después se sintió atrapado: "Estaba en la universidad y hacía prácticas en una empresa muy buena. Estaba muy contento laboralmente. Pero consumía demasiado. Sabía que debía dejarlo. Pero no hacía otra cosa que consumir y buscar dinero. Un día llamé a mi tía en España. Quería abandonar Estados Unidos". A James, la huida le pareció la solución. Pero sus buenas intenciones le duraron un mes en

Madrid. "Me metí de relaciones públicas en una discoteca, por las noches. Se me volvió a ir de las manos. Comparado con EE UU, en España la cocaína está en todas partes".

Cuando la cocaína escapa del control de una persona, el empleo entra en peligro. Lola (nombre ficticio), de 29 años, es una de las pocas mujeres pacientes de Proyecto Hombre. Según el PNSD, hay la mitad de chicas

consumidoras que chicos en el tramo de 15 a 34 años de edad. Ella empezó a los 16, y durante mucho tiempo la coca no le dio problemas. Trabajó en una farmacia durante cinco años. Un día, su jefa dijo basta. Lola acumulaba faltas tras noches de juerga junto a su novio, también consumidor. Cuando le dieron el finiquito de 12.000 euros, el dinero le duró mes y medio. Pagó sus deudas y las de su pareja, con el que actualmente ya no sale. El resto se lo ventilaron en porros y cocaína. Un día echó mano de una cuenta bancaria familiar. Le pillaron: "Consumo cocaína", reconoció. Su madre se derrumbó. James y Lola robaban en casa. Pero hay

otros que, llegado el caso, dan el salto a los atracos en la calle. Unos, con más "suerte" que otros. A Ángel, el militar, nunca le pillaron. A otros, como Javier (nombre inventado), sí. Acaba de salir de la cárcel, tras dos

años. "Salíamos de $ esta, nos quedábamos sin dinero y para seguir consumiendo robábamos". Tiene 22 años. Le encausaron en 2006. Pero no ingresó en prisión hasta 2008: "La espera fue horrorosa. Cada día era el último. Me tiré dos años a tope". Reconocer la culpa parece aliviarles. "Me da mucha vergüenza contar todo lo que he hecho, pero no me da miedo reconocerlo. Lo hecho, hecho está. No puedo sufrir por el pasado.

Estoy orgulloso de estar aquí. Quiero volver al Ejército. De momento he perdido mi sueño por culpa de esta mierda. Quiero ser sargento. Me estoy sacando la ESO aquí, en la finca. Sueño con ir a Zaragoza, a la academia. Y después a A Coruña, a la infantería de marina", señala Ángel. Para conseguirlo, Ángel sabe que tiene que vencer las debilidades. Un compañero suyo, al que llamaremos Ismael, de 22 años

y siete como cocainómano, también lo reconoce. Intenta por primera vez desengancharse.

Empezó, como tantos, en verano, en un viaje con un amigo a la playa. "Hay mucha gente con 40 años que ha hecho varios programas y ha recaído varias veces. ¿Por qué no me va a pasar a mí?", teme. La "gente" de la

que habla la encontramos en el Centro de Asistencia Integral al Cocainómano (CAIC), en Madrid, donde tratan de desengancharse personas de hasta 60 años, según nos explica su coordinador médico, Diego Urgelés. La

tasa de éxito es del 50%, "muy alta", dice.

De allí salió, hace tres años, Valentín. Y allí conocemos a Pedro. Son nombres inventados para dos personas reales. Una tiene 35 años. La otra, 43. Valentín cuenta que salir de la droga es posible. Se le nota fuerte mentalmente. Lo ha conseguido. Pero Pedro asegura que no es tan sencillo. Su historial es similar al de los chavales de la finca de Chinchón: "Empecé con el alcohol y los porros a los 13. Con el tiempo lo probé todo: tripis, anfetas, heroína y coca. Con 22 años estaba muy enganchado al caballo. A los 24 hice mi primera terapia de desintoxicación. Fui de centro en centro, hasta que cumplí 30 años. Hace cuatro meses, volví a ingresar".

Sandra marcha a merendar y aprieta las manos de los periodistas: "Entrad en mi habitación si queréis, para que la veáis", invita. La estancia es sencilla y luminosa. Una cama, un armario, todo ordenado, paredes

limpias. Desde la ventana se ve la piscina, y los árboles se balancean con el viento. Su educador nos cuenta, más tarde, que la chica teme terminar la terapia y volver a su ciudad, donde deberá enfrentarse a malas compañías que podrían hacerle recaer. La esperanza para ella depende bastante de que entienda y recuerde una frase colgada en la pared de la finca Los Álamos: "Tú eres el único culpable de casi todo lo que te sucede". Es la hora de merendar. En el comedor, a Sandra le espera un bocadillo de nocilla.

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ADICCIONES EN LA EMPRESA, UN DESAFÍO DE CREATIVIDAD

Cuando vemos las estadísticas de consumo de drogas, nos alarmarnos y preocupamos por nuestra familia. Ellas también están muy cerca de nosotros en el lugar de trabajo. Las adicciones suelen tener un inicio y desarrollo muy silencioso. Una vez que el entorno se da cuenta, suele ser demasiado tarde.

En las empresas las adicciones generan ausentismo, baja del rendimiento, conflictos con los compañeros y aumentan los índices de accidentabilidad. Las consecuencias son graves si el trabajador está a cargo de personas.

Respecto a las adicciones encontramos una amplia gama; las drogas ilegales, al alcohol, los fármacos, internet, juego y otros.

El consumo de drogas ilegales suele ser el más sancionado por la comunidad y sobre el que puede haber una amplia oferta de programas de tratamiento y actividades de prevención. Pero cuando nos adentramos en el mundo de las mujeres con su doble carga de trabajo y las múltiples exigencias de la vida moderna, el panorama pasa aún más desapercibido.

Las trabajadoras pueden consumir diferentes fármacos para rendir bien; estimulantes, pastillas para adelgazar, somníferos, antidepresivos, medicamentos para el colon irritable y otros malestares estomacales. Siguen cumpliendo, pero no encuentran un espacio ni tiempo donde hablar de sus problemas y desafíos. Es curioso, pero cuando las mujeres hablamos solemos inmediatamente generarnos espacios de ayuda y colaboración. Esta es una fortaleza que podemos desarrollar más.

Si pensamos en el consumo de alcohol, este es más frecuente. Se comienza con algo festivo, pero día a día comienza a ser utilizado para paliar la tensión y el estrés. Es habitual ver en las celebraciones de las empresas, personas a las que “se le pasa la mano”. No pasa de ser una anécdota que provoca risa en algunos, pero sobre la que no hay una preocupación mayor.

La sociedad de consumo y las dificultades económicas facilitan recurrir al juego. La nueva oferta de casinos y tragamonedas, nos ha encontrado sin una educación al respecto.

En la empresa moderna, donde las personas pasan la mayor parte de sus vidas y dejan lo mejor de sí, es un imperativo generar espacios de desarrollo personal y mejoramiento en la calidad de vida. El desafío está puesto en espacios de conversación y utilizar diferentes alternativas permitiendo a los trabajadores y trabajadoras, encontrar en su lugar de trabajo, también una fuente de bienestar y desarrollo personal.

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EL PLAN DE SANIDAD PARA REDUCIR EL CONSUMO DE ALCOHOL EN JÓVENES SE CENTRARÁ EN AUMENTAR LA PERCEPCIÓN DEL RIESGO

El Ministerio de Sanidad y Política Social y la Delegación del Plan Nacional sobre Drogas están ultimando un programa específico para reducir el consumo de alcohol entre los jóvenes que involucrará a profesionales sanitarios, educadores y familiares para, como acaba de anunciar la ministra del ramo, Trinidad Jiménez, "seguir aumentando la percepción del riesgo" que conllevan esta sustancia a edades tempranas.

Según explicó Jiménez, el alcohol puede provocar "daños irreversibles" en los niños, tanto sanitarios como "en su rendimiento escolar y en su relación con el conjunto de la sociedad". Por ello, explicó que las medidas que incluirá dicho programa, anunciado hace unas semanas, se centrará en la adopción de hábitos de vida saludables generales pero "sobre todo" en medidas que aumenten la percepción del riesgo, que según las últimas encuestas ya se está percibiendo en España entre los jóvenes de 14 a 18 años.

Así, las estrategias a adoptar deben estar centradas en la información, educación, sensibilización social sobre las consecuencias del consumo nocivo y peligroso del alcohol, "para que no haya laxitud a la hora de evaluar el consumo de alcohol por parte de la sociedad, padres y educadores".

"Esto exige una reflexión serena y un posicionamiento claro de las instituciones para asegurar la salud y bienestar personal de niños y adolescentes", recalcó Jiménez, que reclamó para esta medida "concentrar" todo el apoyo de las comunidades autónomas.

La ministra Jiménez destacó que el Gobierno es "plenamente consciente" de este problema y de los efectos que tiene en el ámbito sanitario, educativo y social, sobre todo cuando la última encuesta escolar de 2008 evidencia que el consumo se ha estabilizado pero "se concentra de forma desorganizada e intensiva durante los fines de semana".


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lunes, 26 de julio de 2010

Hasta un 25% de los conductores analizados habían consumido drogas

Así lo ha informado el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, al referirse a un estudio realizado entre septiembre de 2008 y agosto de 2009.

Hasta un 25% de los conductores controlados habían consumido alguna droga. Así lo ha informado el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, al referirse a un estudio realizado entre septiembre de 2008 y agosto de 2009.

Los resultados provisionales (utilizando el nivel más alto de corte)muestran que el 12,2% de los conductores controlados arrojó un resultado positivo a la presencia de droga. En el 54,32% de los casos se detectó la presencia de marihuana y en el 45,67%, la de cocaína.

Cuando en los tests se utiliza niveles de corte analítico los "positivos" alcanzan al 25%. Esta cifra revela una elevadísima tasa de individuos que conducen bajo los efectos de narcóticos.

Para el estudio epidemiológico en España se han efectuado 731 controles referidos a 3.047 conductores, desde el 26 de septiembre de 2008 hasta el 24 de agosto de 2009. La selección de los puntos de control y los conductores que iban a ser controlados se realizó atendiendo a criterios estadísticos que asegurasen representatividad de la muestra en la sociedad.

Para cada sustancia se establecieron tres tipos de corte: el nivel de corte legal o indiciario (llamado de screening) que es el más alto, el nivel de corte consensuado para el proyecto europeo Druid -en el que se enmarca el estudio- y el nivel de corte analítico (que indica la presencia de la sustancia), siendo este último el menor de ellos.

Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2007que reforma el Código Penal en materia de seguridad vial se ha habido 135.000 condenas por conducier bajo los efectos de alcohol y/o drogas.

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Usuarios de drogas por vía intravenosa. La epidemia oculta de sida

De los 16 millones de personas que se inyectan drogas, tres millones tienen VIH. El alcohol y las anfetaminas contribuyen a propagar las infecciones. Se necesita combinar la terapia sustitutiva y el intercambio de jeringuillas.

Fueron los protagonistas de las primeras infecciones. De los primeros que saltaron a los periódicos, enfermos por un nuevo virus, casi desconocido por aquel entonces. Era la década de los 80 y, en España, los usuarios de drogas inyectables, los que se bebieron hasta el último sorbo de la llamada "movida madrileña", se dieron de bruces con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que llegó para quedarse sin previo aviso. Tres décadas después ya no ocupan titulares, no son el centro de atención de los programas de lucha contra el sida y tienen dificultades para acceder a un tratamiento. Sin embargo, el virus sigue propagándose entre ellos, en silencio, sin dar tregua.

La revista médica "The Lancet" dedica un número especial, con motivo de la XVIII Conferencia Internacional sobre el Sida, a evaluar la situación de la epidemia en los usuarios de drogas. Y el panorama que dibuja es el siguiente: de los 16 millones de personas que se inyectan drogas en el mundo, aproximadamente tres millones son seropositivos. Menos de uno de cada 10 tiene acceso a programas de prevención del VIH. Tan sólo un 5% de estos dependientes forman parte de un programa de intercambio de jeringuillas y únicamente ocho de cada 100 recibe la terapia sustitutiva de opioides. En el caso del tratamiento antirretroviral, la cifra es aún más desalentadora pues sólo cuatro de cada 100 toma los fármacos.

"Las actitudes autocomplacientes en torno a esta enfermedad en estos momentos son un gran error", escribe el editor de la publicación, el doctor Richard Horton, que recuerda que estos ciudadanos que se drogan sufren estigma, discriminación y, lo que es peor, no tienen acceso a un tratamiento que les podría salvar la vida. No existe una solución única para estos pacientes, cada país necesita dar respuesta a las particularidades de su propia epidemia, pero un aumento generalizado y combinado del tratamiento antirretroviral contra el sida, de los programas de jeringuillas y de la terapia sustitutuva podría contener las nuevas infecciones en los próximos cinco años, antes de que sus efectos sean devastadores, concluyen los firmantes de la revista.

Para mejorar el acceso a los fármacos antisida, "los programas de salud deben centrarse menos en la capacidad individual del paciente para adherirse al tratamiento y más en las condiciones por las cuales estas personas se ven obligados a abandonar la terapia", explica Daniel Wolfe, del Programa de Desarrollo y Reducción de Daños de Nueva York. La mitad de los usuarios de drogas con VIH que viven en países de medianos y bajos ingresos lo hacen en cinco de ellos: China, Vietnam, Rusia, Ucrania y Malasia. Aunque estos drogadictos representan las dos terceras partes de los casos de sida en esos países, sólo el 25% recibe terapia.

"Los antirretrovirales no sólo salvan vidas y previenen la transmisión del virus, sino que también son rentables desde el punto de vista económico. El coste del tratamiento es la séptima parte de lo que cuesta atender a un paciente drogadicto y seropositivo que no recibe fármacos", afirma Wolfe. Pero en lugar de facilitarles el acceso, en muchos países les ponen barreras, que incluyen el arresto policial, la negativa de algunos médicos a recetarles opióides y la discriminación.

Nabila El-Bassel, de la Universidad de Columbia (Nueva York), destaca que las mujeres usuarias de drogas por vía inyectable son doblemente rechazadas y, por tanto, tienen el doble de riesgo de contraer el VIH. "Muchas de las féminas que se drogan reciben la dosis de manos de sus parejas, que se han pinchado primero, por lo que la jeringuilla que ellas usan ya está usada. Además, una vez drogadas pierden la capacidad para negociar sexo seguro y tienen más posibilidades de ser violadas, exponiéndose así a otra vía de infección", señala.

Una droga que está favoreciendo la propagación del virus en este colectivo es el alcohol. Según la doctora Katherine Fritz, del Centro Internacional de Investigación de mujeres de Washington, el consumo de alcohol empeora la epidemia de sida, especialmente en los países del sur y el este de África. "El alcohol conlleva comportamientos de riesgo, como mantener relaciones sin protección, buscar múltiples parejas o comercializar con el propio cuerpo", dice esta experta, que propone que los programas de prevención entren en los propios bares, tal y como se ha hecho para reducir las infecciones en el colectivo gay.

"Para cambiar esta grave situación, debemos comprometernos ya, unir los esfuerzos de todos los agentes y poner a los usuarios de drogas en la agenda", concluyen los científicos que han participado en el número de "The Lancet".

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Más de la mitad de ingresos en 2009 en centros de la Agencia Antidroga se debieron a la adicción a la cocaína

El 54 por ciento (2.413 personas) de los nuevos ingresos que se produjeron el año pasado en centros de la Agencia Antidroga se debieron a adicciones a la cocaína, consumida sola o con otras sustancias.

El 54 por ciento (2.413 personas) de los nuevos ingresos que se produjeron el año pasado en centros de la Agencia Antidroga se debieron a adicciones a la cocaína, consumida sola o con otras sustancias, como ha confirmado este martes el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty.

Así lo ha expuesto durante su visita al Centro Integral de Atención al Cocainómano (CAIC), donde ha detallado que casi la mitad (45 por ciento) de las personas tratadas por dependencia a la cocaína de la Agencia Antidroga se inició en el consumo en su barrio, y el 28 por ciento en lugares de ocio. La persona que facilitó la sustancia en el primer consumo inicial fue, en la mayoría de los casos (77 por ciento), un amigo. En el 5 por ciento de los casos fue la pareja.

El perfil del paciente en tratamiento por consumo de cocaína se corresponde con el de un hombre (82 por ciento), de 37 años de edad media, soltero (61 por ciento), de nivel socioeconómico medio (52), con estudios básicos (67) y sin incidencias legales (71 por ciento).

La vía de consumo más frecuente de los pacientes con adicción a la cocaína es la esnifada (44 por ciento del total). Durante el año pasado los hospitales madrileños atendieron a un total de 2.740 urgencias hospitalarias relacionadas, directamente, con el consumo de cocaína. La edad media de las personas atendidas en Urgencias por este motivo fue de 34 años.

El Centro de Atención Integral al Cocainómano (CAIC) es el único centro terapéutico en España dedicado "exclusivamente" al tratamiento residencial de drogodependientes adictos a la cocaína. Desde su apertura, en abril de 2001, ha atendido a 1.566 pacientes, de los que 191 corresponden a 2009 y 96 a los primeros seis meses de este año.

El CAIC lleva a cabo un tratamiento de desintoxicación y abstinencia, realizando controles regulares para prevenir las recaídas. En la faceta psicológica, se trabaja para mejorar la autoestima y el autocontrol de los pacientes, se potencian los estilos de vida saludable y la implicación de la familia en el proceso terapéutico.

En concreto, este tratamiento tiene una duración de tres meses y consiste en dos partes. La primera es en régimen de ingreso, el paciente está hospitalizado en una planta, con poco contacto con su familia y, progresivamente, ese contacto con el exterior va siendo cada vez mas amplio. Finalmente termina el ingreso en un centro de día en el que esta todas las tardes en su entorno habitual y durmiendo en casa.

Para ello, este centro, que dispone de 45 plazas, cuenta con un equipo formado por 32 profesionales que incluye médicos, enfermeras, psicólogos, psiquiatras, terapeutas ocupacionales, educadores sociales y personal auxiliar.

Los pacientes que ingresan de forma voluntaria en el CAIC son derivados del Centro de Atención Integra de Drogodependencia. De ellos, un 72,8 por ciento de los pacientes finalizan en el tratamiento.

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sábado, 24 de julio de 2010

Aprueban la producción de marihuana a gran escala en una ciudad de California

El concejo municipal de la ciudad de Oakland, en California (oeste de Estados Unidos), aprobó un plan que permitirá el cultivo en gran escala de marihuana y su comercialización.

El concejo decidió la medida que permitirá la producción, el procesamiento y el empaquetado de la hierba por cinco votos contra dos y una abstención.

Al final, se impuso el criterio de quienes ven en la medida una importante fuente de ingresos y empleos para la ciudad.

La decisión se adoptó tras un largo debate en el que representantes de los pequeños cultivadores se quejaron de que estos tradicionales productores iban a quedar relegados del negocio.

Según el diario The San Francisco Chronicle, los concejales tomaron en cuenta los temores de los cultivadores de cannabis en pequeña escala y prometieron que establecerán antes de fin de año reglas más específicas para las plantaciones pequeñas y medianas.

El gobierno de Estados Unidos calcula que la producción de marihuana en el país creció de casi 1.000 toneladas en 1981 a unas 10.000 toneladas en 2006.

El sitio Drugscience.org, que promueve la reforma de las leyes federales sobre el cannabis, indica que la producción nacional de marihuana tiene un valor de unos 35.800 millones de dólares, esto es, más que las cosechas combinadas de maíz y trigo.

Los miembros del concejo municipal de Oakland y los promotores de la regulación de los cultivos de marihuana consideran que la mejor política es una legalización que generará recaudaciones para el gobierno, y que asegurará que se cumplan los códigos sobre seguridad de edificios, incendios y normas laborales.

"Es importante realmente que Oakland sea una parte vital del crecimiento y desarrollo de establecimientos que operan con licencia", indicó, por ejemplo, la concejal Rebecca Kaplan.

Los adelantados en el negocio, los que lidiaron con dificultades cuando la marihuana era ilegal, creen que los cultivos en gran escala hundirán los costos y deteriorarán la calidad del cannabis que los votantes de California definieron en 1996 como una planta medicinal.

El crítico más influyente de las nuevas normas fue Steve DeAngelo, propietario del Centro de Salud Harborside de Oakland, el mayor dispensario de marihuana médica en el país.

Su clínica compra marihuana de unos 500 cultivadores diferentes y por eso Harborside ofrece alrededor de 100 variedades en cualquier momento. DeAngelo opina que los permisos y regulaciones llevarán a operaciones de gran escala que reducirán las variedades.

Las normas otorgarán permisos para cuatro granjas de cultivo de marihuana bajo techo, aunque no limitarán el tamaño de las fábricas; no obstante, éstas estarán fuertemente reguladas y pagarán altos impuestos.

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El 63% de españoles no considera el tabaco como factor de riesgo cardiovascular

Sólo un 37% de los españoles considera el tabaco como un factor de riesgo cardiovascular.

Según el estudio “La edad del corazón del Instituto Flora”, aunque los españoles dicen conocer los factores de riesgo cardiovascular, no consideran al tabaquismo como uno de los más relevantes.


El estudio La edad del corazón del Instituto Flora muestra que un 82% de los españoles distingue el colesterol, la obesidad o la hipertensión como los principales factores de riesgo cardiovascular. A pesar de eso, todavía hay un 63% de españoles que no consideran el tabaco como un factor de riesgo, cuando es uno de los principales. El estudio muestra también que tan sólo el 22% de los españoles afirma saber qué es la edad del corazón, una herramienta imprescindible para conocer el riesgo cardiovascular y que se puede consultar en la web www.quiereatucorazon.com.

Según el estudio, Castilla- León es la comunidad con mayor porcentaje de población que conoce los factores de riesgo cardiovascular y Navarra la que tiene menor conocimiento al respecto. El informe ofrece también datos de conocimiento de los factores de riesgo cardiovascular más importantes. Así, la mayoría de la población española está concienciada sobre el riesgo de tener hipertensión (60%), colesterol elevado (59%) o la obesidad (58%), pero tan sólo un 37% de los españoles consideran el tabaquismo o el estrés (27%) factores de riesgo cardiovascular. Por otro lado, tan sólo el 12% de la población señala la diabetes y el 11% el alcohol.

Finalmente, la población mayor de 55 años cree que el factor de riesgo más importante es el colesterol elevado, mientras que los españoles menores de 55 años, le otorgan más importancia a la hipertensión. El grupo de 18 a 34 años considera que el factor de riesgo cardiovascular más importante es la obesidad.

Flora, con el apoyo de la Federación Mundial del Corazón, cuenta con el test de la Edad del Corazón, una herramienta que nos permite saber si nuestro corazón es más mayor o más joven que nuestra edad cronológica. La edad del corazón depende de los factores de riesgo que presente cada individuo: colesterol, tensión, tabaquismo, antecedentes familiares, actividad física y hábitos alimentarios. El objetivo de la herramienta es ofrecer una guía de pautas para poner en marcha pequeños cambios que nos ayuden a alcanzar una mejor salud cardiovascular.

Para la elaboración de esta herramienta se ha tomado de base el estudio Framingham, que se puso en marcha en 1948 en colaboración con la Universidad de Boston, y a través del cual la comunidad científica internacional adoptó los diversos factores de riesgo cardiovascular como referencia para conocer el riesgo de enfermedad cardiovascular e incluso de infarto.

El estudio de “La edad del corazón” del Instituto Flora, realizado por Quota Research, es un estudio sociológico que se ha llevado a cabo sobre una muestra de más de 1.700 españoles mayores de 18 años con la finalidad de analizar sus conocimientos sobre la edad del corazón y los factores de riesgo cardiovascular.


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Menos controles de alcoholemia

Un plan de ahorro en Tráfico obliga a que los tests sean selectivos

El pasado 27 de abril, la Dirección Adjunta Operativa de la Agrupación de Tráfico emitía la siguiente orden, con las medidas provisionales que había que adoptar para contener el gasto. Uno de los capítulos más afectados era el correspondiente a los servicios de vigilancia de carretera, según el documento, al que ha tenido acceso ABC.
Entre las medidas más llamativas se encuentra la referente a los controles preventivos de alcoholemia: «Realización de pruebas a los conductores de vehículos que presenten síntomas de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y de forma selectiva al resto de conductores, a efectos de reducir el número total de pruebas».
Pero también se ordena que los coches policiales circulen «a una velocidad más reducida que la media del flujo circulatorio, la cual será normalmente inferior, al menos, en un 20% respecto a la máxima permitida en la vía en que se circule, facilitando el adelantamiento».

Usar menos motos y 4x4
Otras disposiciones consisten en «detener el funcionamiento del motor durante los estacionamientos»; «realización durante el transcurso del servicio de una conducción económica (ventanillas cerradas, evitar frenazos bruscos, vigilancia presión neumáticos, etc.)»; «recorrer el tramo de carretera a vigilar al comienzo del servicio y durante el resto del mismo se aumentarán al máximo los estacionamientos en lugares conflictivos y tramos de concentración de accidentes». Asimismo, deben utilizarse «preferentemente en el servicio de vehículos de cuatro ruedas tipo turismo, disminuyendo el uso del todoterreno y la motocicleta».

Precisamente, estas modificaciones en el servicio llegan no sólo cuando se produce un recorte en el salario de los trabajadores y en los medios materiales con que cuentan, sino en plena campaña veraniega, cuando más desplazamientos de tráfico se producen.


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La guerra de la marihuana bate records

Desde diciembre de 2006, cuando comenzó el sexenio del presidente mexicano, Felipe Calderón, se han producido en torno a 23.000 muertes a causa de la guerra contra el narcotráfico, y este año esa cifra podría superar las 10.000 víctimas mortales. Solo en los primeros cuatro meses de 2010 fueron asesinadas 3.516 personas, según el Ejecutómetro que mantiene Reforma, un diario de México DF.

No está claro cuántos murieron en 2009 por la violencia: Reforma dice que 6.587, pero el Gobierno, según un documento filtrado a la prensa, sitúa el total en 8.928. En 2008 fueron 5.027 muertes, y en 2007, 2.275. Aunque la mayoría de los fallecimientos son producto de los ajustes de cuentas entre miembros de las bandas, que luchan encarnizadamente por el control de los territorios que atraviesan las rutas de la droga, solo hasta abril de este año murieron 199 policías y 24 militares, frente a los 137 policías y 42 militares de todo el año pasado.

Como resultado de esa sangría que no cesa, la confianza de los mexicanos en una "solución militar" al conflicto está cayendo a un ritmo acelerado. En una encuesta publicada el 14 de abril, el número de partidarios del uso del Ejército contra los narcos ha caído del 85 al 74% desde 2009, mientras que el 39% cree que las bandas están ganando la guerra. Un 80% percibe que la inseguridad ha aumentado en el último año y el 72% considera que es peligroso colaborar con la policía.

A pesar de que en Ciudad Juárez (1,3 millones de habitantes) están desplegados 10.000 soldados, en los primeros cuatro meses del año se han registrado 500 asesinatos (más de 2.600 en 2009). Apenas 37 de esos homicidios han originado procesos judiciales. Miles de comercios se han cerrado y se dice que unas 200.000 personas han abandonado la ciudad.
México tiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina (11 por cada 100.000 habitantes), pero en Ciudad Juárez la cifra es de 175 por 100.000, cuatro veces mayor que la de Bagdad.

La inseguridad es tan alta en México, y queda reflejada en el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, un ex candidato presidencial del partido gobernante, que negocios como el blindaje de automóviles, los seguros, los chalecos antibalas y el suministro de guardias privados y guardaespaldas absorben entre el 1 y el 3% de los presupuestos de las empresas. En 2006 esa cifra era del 0,5%.

La extensión de esa violencia a Estados Unidos explica en parte la aprobación por Arizona de una ley que criminaliza la inmigración ilegal y que permitirá a la policía local detener a personas de las que se tenga una "sospecha razonable" de estar residiendo ilegalmente en el país, un eufemismo para referirse a individuos de aspecto hispano.

La histeria contra la inmigración no parece estar justificada por las cifras. El número de inmigrantes capturados cruzando ilegalmente la frontera ha caído de 1,6 millones en 2000 a menos de 600.000 el año pasado, un 60% menos. Aunque en Arizona esa cifra también ha caído –de 700.000 a 300.000 entre 2000 y 2008–, por ese Estado ingresa hoy el 50% de los indocumentados, muy por encima de California y Texas, que han erigido muros y reforzado sus barreras fronterizas, lo que ha empujado los flujos al desierto de Sonora, colindante con Arizona.

Estados Unidos es el primer consumidor de las drogas que trafican los cárteles mexicanos que, a su vez, tienen a sus mayores proveedores de armas en las armerías que abundan a lo largo de la frontera, desde California a Texas.
Entre los diversos factores que se han combinado para hacer posible la aprobación de la ley –una mayoría conservadora en el Congreso estatal, una gobernadora republicana y el malestar con la incapacidad del Gobierno para controlar la frontera–, ninguno parece haber sido tan decisivo como la creciente inquietud por la delincuencia. Según el FBI, los cárteles mexicanos actúan hoy en 195 ciudades de Estados Unidos.

El año pasado agentes federales confiscaron 540.000 kilos de marihuana en Arizona, una media de una tonelada y media diarias. La incautación de marihuana es tan común que los fiscales de Arizona rara vez encausan a alguien al que se le hallan menos de 225 kilos. En Phoenix, la capital del Estado, en los últimos dos años los secuestros se han hecho frecuentes. Algunos de ellos terminaron con torturas y asesinatos.

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El éxito en patología dual se basa en terapias prolongadas

El seminario Patología dual: conductas adictivas y otros trastornos mentales: ¿ciencia o ficción, celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, ha tratado los riesgos del consumo habitual de cánnabis, que multiplica el riesgo de trastornos psicóticos.

El consumo habitual de cánnabis aumenta entre un 3,5 y un 4 por ciento el riesgo de sufrir trastornos psicóticos "parecidos a la esquizofrenia, y lamentablemente no todos los psiquiatras tienen el conocimiento suficiente de lo que suponen las drogas, a pesar de que la patología dual requiere tratamientos muy largos en el tiempo", según ha asegurado el psiquiatra Carlos Álvarez Vara, miembro de la Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

Álvarez Vara ha dirigido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, el seminario Patología dual: conductas adictivas y otros trastornos mentales: ¿ciencia o ficción, en donde ha advertido de que en España "la droga que mayor peligrosidad está representando es la marihuana y los derivados del cáñamo, seguida de la cocaína, porque desencadenan cuadros psicóticos parecidos a la esquizofrenia, que a lo mejor no se hubieran dado si no hubiera habido contacto con esas sustancias".

Crónica y recidivante
Los avances en el tratamiento sólo llegarán cuando haya servicios sanitarios "muy accesibles y bien formados"; cuando el tratamiento sea "muy continuado en el tiempo, pensando siempre en seguimientos de no menos de cinco años, al ser una enfermedad crónica recidivante", y, por último, cuando se pongan en marcha "equipos multidisciplinares de psiquiatras, psicólogos, personal de enfermería y trabajadores sociales, entre otros".

La estrategia terapéutica consiste en un abordaje integral y multidisciplinar, además de tratar de suprimir los consumos de estas sustancias

El valor del daño que provocan las diversas sustancias drogodependientes está en función de su disponibilidad, si bien "hay una predisposición genética que condiciona las posibilidades de enloquecer o de abusar compulsivamente de determinadas drogas nocivas, porque no todo el mundo va a ser alcohólico o heroinómano por haber entrado en contacto una vez con esa sustancia".

¿Falta de previsión?
Pese a que el cáñamo no es nuevo en España, Vara ha observado que en los últimos años ha alcanzado topes de consumo importantes, lo que explica por qué antes no había la alarma que hay ahora: "El cánnabis es la sustancia ilegal que más se consume en mayores de 14 años en España y, además, es fácil de encontrar en cualquier lado y a cualquier hora del día. Está habiendo avances espectaculares en el abordaje de la patología dual, pero no podemos bajar la guardia en rebajar los consumos drásticamente", ha añadido.

¿Cómo no se ha caído antes en lo que podía ocurrir con el cánnabis? Lamentablemente, "los medicamentos antipsicóticos y antidepresivos no responden igual en las personas que consumen drogas y en las que no. La estrategia terapéutica consiste ahora en un abordaje integral y multidisciplinar, además de tratar de suprimir los consumos de estas sustancias tan peligrosas", ha apuntado.

Álvarez Vara ha coincidido con Pedro Ruiz, presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría y profesor de la Universidad de Miami, en que tanto la cocaína y las anfetaminas como otras drogas incrementan el riesgo de padecer trastornos mentales, aunque al contrario de lo que parecía en un principio los expertos no encuentran relación entre las enfermedades psiquiátricas y el consumo, por ejemplo, de la drogas de diseño y la heroína.

Dos décadas de historia
Respecto a los cuadros más habituales derivados de la patología dual, Ruiz se ha referido a la esquizofrenia, los trastornos afectivos, como manías o depresiones, seguidos por los cuadros psicóticos y los estados confusionales o de angustia: "Todavía queda mucha investigación por hacer sobre la convivencia en una persona de una enfermedad mental con la adicción a alguna droga ilegal o legal, pues sólo hace dos décadas que se ha empezado a reconocer que hay relación entre las enfermedades mentales y la adicción", ha finalizado Ruiz.

UN TÉRMINO POLÉMICO

Pedro Ruiz y Carlos Álvarez Vara han resaltado que la farmacopea en la patología dual es "muchas veces un elemento auxiliar, porque el conocimiento de receptores neuronales claves para el desarrollo de fármacos eficaces se nos escapan. En la consulta, por tanto, hay que hacer con estos pacientes un abordaje psicológico, cognitivo y conductual para educar al individuo afectado en el autocontrol. Las medicinas no son la clave del éxito, pero sí auxiliares, claro", ha dicho Pedro Ruiz.

A juicio de Álvarez Vara, en la última década el término patología dual no ha dejado de suscitar polémica en el ámbito de la salud mental y de la asistencia a los drogodependientes: "A pesar de que el concepto, en sí mismo, parece bastante neutro, y de que se puede contemplar como una alternativa de sutil discriminación dialéctica respecto al diagnóstico dual, ha llegado incluso a ser rechazado en algunos programas de docencia acusado de inoportuno o confuso en su contenido".

En este sentido, ambos han coincidido en que existe un déficit formativo en médicos, enfermeros y trabajadores sociales que se debe abordar con la formación complementaria, puesto que haya veces en que "los psiquiatras no tienen conocimientos sobre drogas, y los profesionales que tratan a personas con adicciones carecen de nociones sobre psicología y psiquiatría".


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miércoles, 21 de julio de 2010

Los científicos declaran la guerra a las políticas sobre drogas

Es una de las primeras acciones que han salido de la Conferencia Internacional del Sida, que se celebra en la capital austriaca entre el 18 y el 23 de julio.

Una de las primeras acciones que han salido de la Conferencia Internacional del Sida, que se celebra en la capital austriaca entre el 18 y el 23 de julio, es la firma de la Declaración de Viena, que pide incorporar la evidencia científica a las políticas sobre drogas. "Las actuales políticas están teniendo efectos devastadores. Alimentan la epidemia de sida y traen consigo violencia, un aumento de los índices de criminalidad y la desestabilización de estados enteros. Y, lo peor de todo, es que no reducen el consumo de estas sustancias. Como científicos estamos comprometidos a elevar nuestras voces para promover políticas que reconozcan que la adicción es una enfermedad y no un crimen", destaca Julio Montaner, director de la Conferencia.

Françoise Barré-Sinoussi, ganadora del Premino Nobel en 2008 por el codescubrimiento del VIH, los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia) y los escritores Mario Vargas Llosa y Paulo Coelho, entre otros, ya se han unido a la declaración.

Fuera del África subsahariana, el uso de drogas inyectables es causa de aproximadamente uno de cada tres nuevos casos de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En algunas áreas donde el virus se está propagando rápidamente, como Asia Central y Europa del Este, las drogas son las primeras responsables de las infecciones. Las barreras legales impuestas a los servicios de prevención -cuya eficacia está probada científicamente-, como los programas de intercambio de agujas y la terapia de sustitución de opiáceos (TOC), provocan que cada año cientos de miles de personas se infecten con el VIH y la hepatitis C. "Es hora de aceptar que la guerra contra las drogas ha fallado y de crear políticas que puedan proteger significativamente la salud y la seguridad de la comunidad", afirma Evan Wood, fundador del Centro Internacional de Ciencia en Política de Drogas (ICSDP).

La efectividad de la terapia de sustitución de opiáceos y los programas de agujas está bien documentada y los estudios científicos realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) y otros organismos muestran que estos programas reducen las tasas de VIH sin incrementar el uso de drogas. Pero, a pesar de ello, el acceso a estas intervenciones es limitado en aquellos lugares en los que el VIH se está extendiendo con mayor rapidez.

"En América Latina, el único resultado de la prohibición ha sido el cambio de las áreas de cultivo y cárteles de un país al otro, sin reducir la violencia ni la corrupción que genera el narcotráfico", reconoce el ex presidente Cardoso, para quien "en vez de apegarnos a políticas que han fracasado y acarreado consecuencias desastrosas, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la reducción del consumo y la reducción de daños. Las políticas represivas están firmemente basadas en prejuicios, miedos y en posturas ideológicas. La manera de salvaguardar los derechos humanos, la seguridad y la salud está relacionada con estrategias de paz y no de guerra".

La Declaración de Viena llama a los gobiernos y las organizaciones internacionales, incluida la ONU, a que den algunos pasos como emprender una revisión transparente de la efectividad de las políticas de drogas actuales; evaluar un abordaje de la salud pública basado en la ciencia; aumentar las opciones de tratamiento de los drogadictos para que dejen su dependencia y abolir los centros de tratamiento forzoso e ineficaz que violan la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

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La Plataforma VIH en España se suma al llamamiento para promover el uso de drogas inyectables

La reivindicación se recoge en la Declaración de Viena, texto que ha precedido la XVIII Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada estos días en la capital de Austria

La Plataforma VIH en España se ha adherido a la Declaración de Viena, que busca mejorar la salud y la seguridad comunitarias haciendo un llamamiento para promover el desarrollo de políticas frente a las drogas inyectables basadas en la evidencia científica.

Esta declaración, según explicó durante su presentación, el doctor Julio Montaner, presidente de la Sociedad Internacional de Sida (IAS), hace referencia a que la criminalización de la que son objeto en muchos países los usuarios de drogas tiene consecuencias nefastas sobre la epidemia del VIH y su expansión. Por ello, habría que promover nuevas políticas frente a estas drogas que empiecen por reconocer que los adictos son enfermos, no criminales y que continúen con la implementación y evaluación de intervenciones enfocadas a la prevención, tratamiento y reducción de daños basadas en la evidencia científica.

La presentación de la Declaración de Viena ha precedido la celebración de la XVIII Conferencia Internacional sobre el SIDA, AIDS 20101, que se está celebrando estos días en la capital austríaca.

Gates y Clinton piden que se aprovechen los fondos al máximo

Durante la sesión de ayer del AIDS 2010, el ex presidente estadounidense Bill Clinton y el fundador de Microsoft, Bill Gates, pidieron a los expertos que expriman el valor de cada céntimo que se destina a los fondos para luchar contra el sida, alegando que no se puede esperar que los donantes incrementen su financiación durante los tiempos más duros.

Durante una conferencia ante 20.000 científicos, trabajadores sanitarios y activistas expertos en esta enfermedad, Gates y Clinton señalaron que el ahorro eficiente es vital a la hora de dar servicios de prevención y tratamiento para el sida a los países más afectados y con más riesgos. "El mundo está lleno de problemas. Es fácil llegar a un gobierno y decir (...) danos más dinero, pero también tenemos que cambiar cómo hacemos lo que hacemos", señaló Clinton. "Si vamos a hacer esto, ellos (los gobiernos donantes) tienen que creer que estamos haciendo nuestro trabajo de una manera más rápida, mejor y más barata. Entonces tendremos la autoridad moral para ir a la gente a que nos conceda más dinero", añadió. "No podemos seguir gastando los recursos para el sida exactamente de la misma manera en que lo hacemos hoy", apuntó Gates. "Tenemos que asegurarnos de que estamos consiguiendo el mayor beneficio de cada dólar de los fondos para el sida", añadió.

Gates también pidió un rápido incremento de las medidas de prevención para el sida "baratas, eficaces y fáciles de aplicar", como la circuncisión masculina y la prevención de la transmisión de madre a hijo. Clinton también advirtió a los activistas de que no deberían enfrentarse con la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama, ni con otros gobiernos.

Así, el ex presidente estadounidense señaló que los activistas deberían reconocer a Obama como su amigo e intentar trabajar con él y no en su contra. "Tenemos dos opciones aquí, podéis manifestaros (...) o podemos intentar conseguir más votos en el Congreso (estadounidense) para recaudar más dinero", indicó Clinton. "Mi experiencia es que la segunda opción es la mejor y la que probablemente dé mejores resultados", afirmó.

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Doce mitos sobre el sida y las drogas

Como si fueran las "12 pruebas" que tuvo que superar Astérix en una de sus aventuras más famosas, 12 son los arraigados mitos sobre el VIH que tratan de derribar los doctores Steffanie Strathdee, de la Universidad de California (EEUU), y Chris Beyrer, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, en las páginas de la revista "The Lancet".

Como si fueran las "12 pruebas" que tuvo que superar Astérix en una de sus aventuras más famosas, 12 son los arraigados mitos sobre el VIH que tratan de derribar los doctores Steffanie Strathdee, de la Universidad de California (EEUU), y Chris Beyrer, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, en las páginas de la revista "The Lancet".

1. Los usuarios de drogas no son obedientes: En un metaanálisis sobre adherencia a la terapia antirretroviral, que incluía 38 estudios y aproximadamente 15.000 pacientes -de los cuales el 76% eran usuarios de drogas-, el seguimiento del tratamiento fue similar en estos pacientes que en la población general. Este mito de la desobediencia no se sostiene.
2. Los seropositivos usuarios de drogas no responden tan bien a los fármacos como los infectados por otras vías: Una comparación sobre los índices de supervivencia en 3.116 pacientes que empezaron la terapia antirretroviral, de los que 915 se inyectaban drogas, mostró que todos presentaban las mismas causas de mortalidad al cabo de 84 meses, independientemente de la forma en la que se infectaron.
3. Hacer estudios con usuarios de drogas es muy difícil o imposible: La fase III del primer ensayo que dio resultados positivos de una vacuna contra el sida, realizado en Tailandia, incluía a 2.546 usuarios de drogas inyectables.
4. Los usuarios de drogas están más preocupados por pincharse que por la seguridad de las jeringuillas: En los programas que supervisan la higiene de las agujas y las jeringuillas, estos pacientes aprenden a pincharse sin correr riesgos.
5. Los usuarios de drogas no tienen relaciones sexuales. Su riesgo de infección viene exclusivamente por la inyección de drogas: Algunos estudios han demostrado que el riesgo de infección por VIH es el doble en aquellos varones drogadictos que incurren en sexo sin protección que en aquellos que no tienen relaciones. Y, a pesar de su dependencia a las sustancias ilegales, mantienen la libido y el deseo sexual.
6.
7. Si los usuarios de drogas siguen pinchándose, es casi inevitable que adquieran el VIH. Los últimos datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (los CDC) sobre los hombres y mujeres que se inyectan drogas señalan que con medidas de prevención adecuadas es posible disminuir el número de nuevas infecciones en estas personas.
8. A diferencia de los homosexuales y las prostitutas, los usuarios de drogas no tienen una comunidad organizada: La Red tailandesa de usuarios de drogas y las movilizaciones que han llevado a cabo desmienten esta creencia.
9. Los índices de usuarios de drogas son mayores entre las minorías de los países industrializados: Según los datos de la Encuesta Nacional sobre Drogas y Salud realizada en EEUU, los afroamericanos y los blancos tienen los mismos patrones de consumo de sustancias ilegales.
10. Los programas de intercambio de jeringuillas fomentan el consumo: Ningún programa de este tipo ha conllevado un aumento del consumo de drogas por parte de sus participantes. No hay ninguna evidencia de que esto sea así.
11. El tratamiento con metadona sólo cambia una droga por otra. Una revisión de la "Cochrane Library", con 1.969 participantes, mostró que la metadona fue más eficaz a la hora de retener a los pacientes en tratamiento que otras alternativas farmacológicas y, además, redujo el consumo de heroína.
12. Las personas que toman estimulantes están fuera de control y no cambian sus comportamientos de riesgo: Algunos investigadores han logrado reducir las actitudes sexuales de riesgo tanto en heterosexuales como en homosexuales que consumían drogas.
13. El miedo es un poderoso elemento disuasorio para el consumo de drogas: El Instituto de Medicina de EEUU ha analizado las campañas contra la drogadicción que apelan al miedo, a sus daños sobre el organismo, y han encontrado que no tienen ninguna eficacia.

"Es hora de que todos estos prejuicios acaben definitivamente", concluyen los autores, que apelan a la evidencia científica y piden desterrar la rumorología y las leyendas urbanas.

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Puntos de información en las piscinas de Torrejón de Ardoz para prevenir las adicciones

Según el Consistorio de esta localidad madrileña, el problema de las drogas es muy complejo y es conveniente recibir información y orientación para que, dentro de la esfera de roles propios y responsabilidades personales, jóvenes y familias tengan herramientas para afrontar los riesgos que suponen las sustancias adictivas y reciban educación específica para la salud.

El Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha vuelto a instalar en las piscinas municipales puntos de información durante los meses de verano para prevenir y orientar a los
jóvenes del municipio y sus padres sobre las consecuencias de las adicciones a las drogas.

Según el Consistorio de esta localidad madrileña, el problema de las drogas es muy complejo y es conveniente recibir información y orientación para que, dentro de la esfera de roles propios y responsabilidades personales, jóvenes y familias tengan herramientas para afrontar los riesgos que suponen las sustancias adictivas y reciban educación específica para la salud.

Por ello, los técnicos municipales del Centro de Atención Integral a Drogodependientes (Caid) han instalado estos puntos informativos en las piscinas, donde, además de materiales informativos, se pretende asesorar a cualquier persona interesada o preocupada e informarle de que cuentan con el Servicio de Información y Orientación para la Prevención.

"Hemos querido aprovechar la gran asistencia de personas, especialmente de jóvenes, que acuden a las piscinas municipales durante estos meses estivales para acercarles toda la información sobre drogodependencias y los servicios que tenemos a disposición de los vecinos de Torrejón en este ámbito", indicó la concejala de Sanidad y Bienestar Social, Maite Gordón.

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Analizan la efectividad de la espirometría para dejar de fumar

Un estudio evalúa, desde hace cinco años, la eficacia de la espirometría -junto con los consejos antitabaco de los médicos- como herramienta motivacional abandonar el tabaquismo.

La espirometría es muy efectiva para el diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en sus fases iniciales, cuando a menudo no da síntomas. Esta enfermedad es mucho más prevalente entre los fumadores, de hecho, según un estudio español (IBERPOC), un 70% de los enfermos de EPOC leve son fumadores. Es también una enfermedad infradiagnosticada, algunos estudios hablan de un 73% de enfermos no diagnosticados. Y, además, es una enfermedad que consume el 2% del presupuesto sanitario español.

El médico de familia se encuentra en una posición inmejorable para cambiar este escenario, si se tiene en cuenta que la espirometría es una prueba sencilla y accesible y que hasta un 70% de los fumadores visitan al menos un vez al año a su médico de familia.

El estudio

El objetivo del estudio, llevado a cabo por el Instituto de Investigación en Atención Primaria, IDIAP Jordi Gol, es comprobar si la discusión detallada de los resultados obtenidos en las espirometrías, además de un consejo breve para dejar de fumar por parte del médico de atención primaria, puede facilitar el abandono o la reducción del hábito tabáquico entre sus pacientes.

Lo que se quiere aprovechar es que los resultados de la espirometría pueden identificar precozmente anormalidades funcionales pulmonares en pacientes que no tienen ningún o pocos síntomas. El conocimiento por parte del paciente de estas pequeñas anormalidades se convierte en un "momento educativo ideal" ya que empieza a ser consciente de que a pesar de no tener problemas de salud las cosas no van bien, y toma conciencia sobre el riesgo de llegar a sufrir un cáncer o una enfermedad cardiovascular, y por lo tanto, en este momento el paciente está mucho más receptivo a cualquier mensaje y consejo para dejar de fumar.

En el estudio han participado casi 500 fumadores mayores de 18 años, que no han sido previamente diagnosticados de EPOC, que no presentaban problemas para hacer una espirometría y que no tenían enfermedad grave u otra patología respiratoria. El estudio se ha realizado en seis centros de atención primaria de la provincia de Barcelona.

Los investigadores creen que "los resultados del estudio aportarán un mejor conocimiento de cómo influye en los fumadores conocer los resultados obtenidos en su espirometría y como estos mismos resultados pueden ser un refuerzo del consejo antitabáquico breve y estructurado que, de forma reiterativa y recordatoria, se da desde las consultas de la atención primaria".

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Holanda podría vetar a los turistas de los "coffee shops", con apoyo europeo

Los ayuntamientos holandeses pueden prohibir la entrada en los coffee shops a todos los no residentes en su país para preservar el orden público y evitar el tráfico de drogas, según la Abogacía General del Tribunal de Justicia de la UE.

Los ayuntamientos holandeses pueden prohibir la entrada en los coffee shops a todos los no residentes en su país para preservar el orden público y evitar el tráfico de drogas, según la Abogacía General del Tribunal de Justicia de la UE.

La opinión del abogado general, que se sigue en la casi totalidad de los casos, responde a una denuncia sobre la ciudad de Maastricht, destino fronterizo de turistas de Bélgica, Francia y Alemania en busca de marihuana y hachís, cuyo consumo no está penado en Países Bajos.

La venta de las llamadas drogas blandas está tolerada en cantidades limitadas, como un máximo de cinco gramos de cannabis por persona y día en establecimientos que no pueden acumular más de 500 gramos. Pero los límites peligraban en Maastricht ante la afluencia masiva de turistas de la droga, por lo que la ciudad decidió prohibir hasta la entrada de los visitantes a los coffee shops.

Las restricciones no vulneran el mercado interior de la UE, según el abogado general, Yves Bot, porque "los estupefacientes, incluido el cannabis, no son una mercancía como las demás y su venta escapa a las libertades de circulación garantizadas por el Derecho de la Unión, puesto que su comercialización es ilícita".

El propietario de un coffee shop cerrado temporalmente por vender a ciudadanos que no residían en Holanda fue quien llevó el caso ante la Justicia de su país, que a su vez se ha dirigido al Tribunal de Justicia de la UE para preguntar si la norma supone un límites a la libre circulación, pero, según esta primera opinión de la corte, sólo las drogas de uso medico están protegidas por las reglas comunitarias.

Además, el abogado general recuerda que la venta de drogas, aunque tolerada en Países Bajos, sigue siendo una actividad prohibida en todos los Estados miembros.

"Toda vez que el turismo de la droga constituye una amenaza real y suficientemente grave para el orden público en Maastricht, la exclusión de los no residentes de los coffee shops es una medida necesaria para proteger a los habitantes de la localidad de los problemas que genera dicho fenómeno", insiste el texto, muy crítico con el "turismo de la droga" que "encubre un tráfico internacional de estupefacientes y alimenta la delincuencia organizada", por lo que "amenaza la propia seguridad interior de la Unión". Por ello, la norma de Maastricht debe considerarse con una "contribución al mantenimiento del orden público europeo".

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