Un nuevo estudio descubrió que muchos médicos estadounidenses no reportan a colegas problemáticos con las autoridades, por la creencia de que alguien más lo hará o de que podrían ser blanco de represalías.Su doctor podría ser alcohólico, drogadicto o incompetente, pero otros médicos podrían no delatarlo.
Un nuevo estudio descubrió que muchos médicos estadounidenses no reportan a colegas problemáticos con las autoridades, por la creencia de que alguien más lo hará o de que podrían ser blanco de represalías.
Un 17% de los doctores entrevistados tuvieron conocimiento directo y personal de un médico en malas condiciones o incompetente en su lugar de trabajo, dijo la líder del estudio, Catherine DesRoches, de la Facultad de Medicina de Harvard.
Un tercio de esos doctores no reportaron el asunto con directivos del hospital ni a los concejos médicos estatales.
El hallazgo, a publicarse el miércoles en la revista Journal of the American Medical Association, se basa en un sondeo realizado en el 2009 a 1.891 médicos activos en Estados Unidos.
Existen programas para capacitar a médicos con habilidades imperfectas y para dar tratamiento a los que son adictos. Pero los doctores no confían en el sistema, dijo DesRoches.
La Asociación Médica Estadounidense y otros grupos profesionales dicen que los doctores tienen la obligación ética de hacer tales reportes. Y muchos estados exigen a los médicos que denuncien a los colegas que pongan en peligro a los pacientes por alcoholismo, drogadicción o enfermedad mental.
A pesar de ello, muchos doctores no saben qué hacer o por dónde empezar, dijo DesRoches.
Reportar a un doctor problemático puede desencadenar cambios importantes. Hace 21 años, un colega detectó aliento alcohólico en un joven médico y lo reportó anónimamente al jefe del programa de residencias. El hoy sobrio doctor A. Clark Gaither está agradecido.
"Quisiera saber quién me reportó", dijo. "Le daría un fuerte abrazo y le agradecería por salvar mi vida".
Para Gaither, el haber sido confrontado primero por sus colegas y por el jefe de programa no lo hizo abandonar el alcohol. No fue sino hasta que le fue retirada temporalmente su licencia de entrenamiento que entró en lo que él llama "un estado de rendición". Con ayuda del Programa de Salud para Médicos de Carolina del Norte, entró en rehabilitación.
La última vez que tomó alcohol fue el 21 de enero de 1990. Gaither, hoy de 55 años, terminó su residencia y se convirtió en médico general. En el 2002 lo nombraron Médico General del Año en Carolina de Norte. En su discurso de aceptación agradeció a Alcohólicos Anónimos y a los colegas que lo confrontaron y apoyaron.
Hoy exhorta a otros a reportar lo que saben. "Es nuestro deber", dijo.
jueves, 15 de julio de 2010
Estudio: Muchos médicos no delatan a sus colegas
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