El distrito intensifica las medidas para frenar los excesos de madrugada
Solo 4 de los 38 colmados incumplen la norma de cerrar antes de la medianoche
Beber de madrugada echando mano de los colmados del centro de Barcelona ya es prácticamente imposible. El decreto impulsado por el distrito de Ciutat Vella a finales de julio para evitar la apertura de comercios después de medianoche fue ignorado, inicialmente, por la mayoría de los 38 establecimientos que abrían entre las 23.00 y las 3.00 horas.
Los responsables de colmados y tiendas de comidas preparadas afectados trataron de seguir adelante con su actividad nocturna, donde el alcohol es el principal reclamo de venta. Sin embargo, una ofensiva de controles y expedientes ha logrado frenar el comercio después de la medianoche y, por tanto, pacificar la actividad y el ruido en la vía pública. Solo cuatro locales han reincidido en su intento de abrir al margen de la normativa.
El seguimiento realizado por el distrito tras la entrada en vigor de este decreto (amparado en motivos de orden público, como prevé la legislación al respecto) constató que entre mediados de agosto y septiembre 23 establecimientos abrieron después de la medianoche pese a la medida. De estos, a un total de 20 se les incoaron expedientes sancionadores por incumplimiento horario (y otras deficiencias en 15 de los casos), mientras que otros dos tenían expedientes pendientes de incoación y un último tenía orden de cese pendiente de notificación.
Después de la visita de la Guardia Urbana y la apertura de actas, los colmados y otros establecimientos nocturnos excluidos del horario general acataron la norma, ante el temor de acabar con una orden de cierre. No obstante, cuatro negocios han incumplido el decreto en más de una ocasión, por lo cual serán debidamente sancionados, indican fuentes de Ciutat Vella.
CONCENTRACIÓN DE COMPRADORES / La iniciativa fue propuesta por la concejala Itziar González tras constatar que el distrito contaba con 302 establecimientos de horario especial, aunque la mayoría funcionaba hasta las 22.00 o 23.00 horas y proporcionaba servicios de abastecimiento alimentario a los vecinos. Sin embargo, los 38 casos mencionados, más otros siete que abrían hasta las siete de la mañana, generaban concentraciones de compradores de madrugada casi siempre para comprar alcohol, o a veces comida preparada que se consumía en la calle y a su vez fomentaba la presencia de lateros proporcionando cerveza. Y también, en muchos casos, fomentaban el consumo de alcohol en la vía pública.
A resultas de la medida, la actividad y los ruidos en la calle han bajado este verano, según indican fuentes del distrito, aunque será el próximo año cuando el efecto sea más visible, ya que este año entró en vigor cuando la temporada estival ya estaba muy avanzada.
jueves, 29 de octubre de 2009
Ciutat Vella actúa contra la venta nocturna de alcohol
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