lunes, 21 de diciembre de 2009

Cerco policial al consumo de alcohol entre menores

• La Guardia Urbana denuncia a 19 jóvenes por infracciones de tráfico en BCN
• Ocho chicos más son multados por consumo o posesión de estupefacientes

El intenso frío y la final del Barça en horario infantil hicieron que los resultados de la operación Minerva no fueran anteayer por la tarde tan espectaculares como en otras ocasiones. Pese a la tranquilidad de la jornada, la extensión que se hace el fin de semana de la operación Celobert, con la que la Guardia Urbana intenta controlar aquellos espacios públicos en los que grupos de menores se reúnen para fumar hachís y consumir alcohol, se saldó ayer con 19 denuncias por infracción del reglamento de tráfico; ocho, por consumo o tenencia de drogas; siete, por incivismo y el traslado de un menor bebido a disposición de sus padres.

Los 32 agentes de la Guardia Urbana y los 16 de los Mossos d’Esquadra que formaron el dispositivo desplegado ente las 18.00 y las 22.00 horas se concentraron entorno a las principales discotecas frecuentadas por menores, situadas entre la calle de Tarragona, en Sants, y las proximidades de los dos locales que ofrecen una sesión de tarde en Les Corts. Además de evitar el consumo de alcohol y drogas, los agentes montaron dos controles de tráfico en los accesos a ambos puntos, ya que muchos llegan en moto (ayer se hicieron 72 alcoholemias, todas negativas).

ACCIÓN DISUASORIA / «Muchos aprovechan y consumen una gran cantidad de hachís y alcohol para así entrar en la discoteca ya colocados», lamentaron fuentes de la Guardia Urbana, que explicaron con claridad su misión: «Nuestra presencia en esos lugares tiene como objetivo disuadirles de tales comportamientos».

A las siete de la tarde, unos 100 jóvenes de entre 16 y 18 años hacían cola frente a la discoteca Space. En una plaza próxima, dos jóvenes compartían un litro de cerveza en una botella de cristal (agravante recogido en las ordenanzas municipales). Uno de ellos, a escasos días de llegar a la mayoría de edad, escondía también una bolsa con restos de marihuana. Los agentes les pidieron la documentación a ambos y avisaron a sus padres, mandándoles la correspondiente multa, «igual que si fueran mayores de edad», aclaró el comisario. La escena fue muy similar en las otras 20 intervenciones.

Entre semana, se repite el objetivo, aunque cambia el escenario. Los laborables el lugar elegido para beber y fumar suelen ser los interiores de manzana. En lo que va de año, la Guardia Urbana ha intensificado mucho su actividad en esas zonas.

En el 2009 se han hecho 630 vigilancias, un 53% más que el año anterior y se han impuesto 409 denuncias. Las que más se han disparado son las cursadas por beber en la vía pública, que han pasado de 101 a 182, lo que supone un incremento del 80%. En muchas ocasiones, se entrega a los padres a jóvenes que, según el argot policial, se encuentran «en situación de desamparo» por haber bebido en exceso. En lo que va de año, han tenido que llevar a sus domicilios a 203 jóvenes.


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