lunes, 14 de junio de 2010

Alcohol y drogas agravan la eyaculación precoz

El urólogo Ander Astobieta habla hoy de la disfunción sexual más frecuente entre los varones, en el ciclo Encuentros con la Salud de EL CORREO

Uno de cada tres hombres sufre eyaculación precoz en algún momento de su vida. Se trata, por tanto, de la disfunción sexual más común entre los varones. Sobre esta cuestión hablará esta tarde el urólogo del hospital Galdakao Ander Astobieta. En la conferencia, la última de esta temporada del ciclo Encuentros con la Salud de EL CORREO, el especialista arrojará luz sobre un problema que genera frustración a quien lo padece.

Por ello, lo primero que hará Astobieta es definir qué es la eyaculación precoz. Y es que en una sociedad muy 'sexualizada' se crean «ciertos mitos» que el médico tratará de ayudar a desmontar. «La Sociedad Internacional de Medicina Sexual dice que para hablar de eyaculación precoz se tienen que cumplir tres requisitos. Que en todas o casi todas las relaciones, el tiempo transcurrido entre la penetración vaginal y la eyaculación sea inferior a un minuto, que exista una falta total de control y, por último, que esta situación cause problemas en la relación de pareja», comenta Ander Astobieta.
Si estos tres factores confluyen, es el momento de acudir a un especialista para encontrar solución a un problema cuyo origen puede ser psíquico o físico. Si la falta de control en la eyaculación no obedece a causas físicas, se recomendará un tratamiento psicológico o sexológico. Ahora bien, si el factor causante es físico intervendrá el médico.

«Un mecanismo complejo»
«El reflejo eyaculativo es un mecanismo muy complejo. Antes se pensaba que cuando se producía de forma demasiado rápida obedecía sólo a algún desequilibrio psicológico, pero hoy día sabemos que existen también desencadenantes de tipo físico», explica el urólogo. Así, «un frenillo corto» puede ser el origen del problema. Cuando esto ocurre, la solución viene de la mano de una intervención quirúrgica «para elongarlo».

De no ser ésta la causa, se recurre a remedios farmacológicos. El tratamiento hasta hace poco se basaba en el consumo de antidepresivos porque se aprovechaba uno de sus efectos secundarios, como es el aumento del nivel de concentración de serotonina, un neurotransmisor que tiene que mucho que ver con el bienestar. «A más serotonina en el organismo, más se retrasa la consecución del clímax», señala Astobieta.

Desde hace un año, las cosas han cambiado. Los urólogos recomiendan la dapoxetina, un inhibidor específico «que permite llegar a triplicar el tiempo entre la penetración y la eyaculación». Ahora bien, el especialista advierte de que este medicamento «sólo es útil con los pacientes que realmente sufren la disfunción. Si un hombre viene y me dice que tarda 'sólo' cinco minutos, lo que le digo es que ni sufre eyaculación precoz, ni el fármaco le proporcionará diez minutos adicionales», resalta.
A la hora de «superar mitos», este especialista lanza una advertencia a muchos jóvenes que piensan que el alcohol y determinadas drogas, como la cocaína, ayudan a retardar la eyaculación. Nada más lejos de la realidad. No sólo no favorecen en nada la resolución del problema, sino que «lo agravan». Y se explica. «En una obra de Shakespeare, ya se hablaba de que el alcohol ayuda a la estimulación, pero dificulta la ejecución; pues con esto es lo mismo. Alcohol y drogas son desinhibidores y no favorecen en nada a la resolución del problema».

En cualquier caso, Astobieta recuerda que la falta de control resulta bastante habitual en las primeras relaciones sexuales o cuando tienen lugar con una pareja que no es estable.

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