domingo, 20 de septiembre de 2009

En Baja California se plantea nueva ley contra las adicciones


El presidente de esa Comisión legislativa, Jorge Casillas Arias, informó que la iniciativa de ley será expuesta en foros en los que participarán especialistas en la materia.

La Comisión de Salud, Bienestar Social y Desarrollo Integral del Congreso local, impulsa una nueva ley para la rehabilitación de más de 400 mil personas adictas al alcohol y las drogas en Baja California.

El presidente de esa Comisión legislativa, Jorge Casillas Arias, informó que la iniciativa de ley será expuesta en foros en los que participarán especialistas en la materia, pues la intención es lograr una rehabilitación integral de los adictos.

Explicó que la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 reveló que el consumo de drogas legales e ilegales en México aumentó 30 por ciento en seis años, además, la edad de inicio bajó a 12 años y la adicción entre mujeres se duplicó de 1.23 a 2.5 por ciento.

Apuntó que en la actualidad la sociedad bajacaliforniana enfrenta problemas sociales debido a la adicción al alcohol y las drogas, problema que afecta de forma directa a los jóvenes.

Indicó que el sector juvenil, por las condiciones propias de su desarrollo buscan nuevas experiencias mediante el consumo de alcohol al momento de divertirse en bares y centros de baile.

En esa interacción inician el consumo de drogas que en la mayoría de los casos les son regaladas por los vendedores, quienes se dicen sus amigos y que sólo buscan lograr la dependencia a enervantes por parte de los jóvenes, para después vendérselas.

Citó cifras de la Secretaria de Seguridad Pública de Baja California, que indican que en la actualidad más de 400 mil adictos a diferentes tipos de drogas enervantes, quienes día a día ven afectadas su salud y economía.

Dijo que al ser personas adictas a las drogas y por las consecuencias que estas producen empiezan a ausentarse de sus trabajos y a aislarse de la sociedad, llegan a perder el trabajo por la necesidad y la dependencia a las sustancias que consumen.

Una vez atrapados, agregó, se ven obligados a conseguir recursos económicos a como dé lugar para satisfacer las necesidades del consumo, estupefacientes que su cuerpo exige llegando algunos a consumir grandes cantidades de dosis diarias.

El problema se agrava cuando esos jóvenes, al carecer de trabajo empiezan a robar a miembros de la propia familia, quienes poco a poco al ver que están siendo afectados en su economía y patrimonio evitan el contacto con el familiar adicto.

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