domingo, 21 de febrero de 2010

Los hosteleros dicen que prohibir el 2x1 va contra la libertad de comercio

La Fegamp cree que asumir el control del botellón puede suponer «un paquete» para los ayuntamientos

La Xunta busca consenso social antes de llevar al Parlamento la Lei de Prevención do Consumo de Bebidas Alcohólicas en Menores, actualmente en fase de trámite y audiencia. Pero ni los hosteleros gallegos están de acuerdo con la idea de prohibir promociones etílicas como las ofertas 2x1, la barra libre o la hora feliz (happy hour), ni todos los ayuntamientos parecen muy conformes con asumir las competencias de regulación y sanción de los botellones.

En el primer caso, el anteproyecto de la ley destaca en su exposición de motivos que una sociedad adulta tiene que ser clara en los mensajes que transmite a la juventud, por lo que propone la supresión de esas promociones en los establecimientos en que se autoriza la venta de bebidas para adultos.

Sin embargo, los hosteleros no están de acuerdo con la medida. El martes se reunieron con responsables de la Consellería de Sanidade, que les entregaron el borrador Una vez analizado, valoran el intento de la Xunta de recoger aportaciones, pero avanzan que «hay algunos puntos que matizar».

Juan Silva, presidente de la Confederación Galega de Empresarios de Hostelería (Cehosga), asegura que suprimir la barra libre, el 2x1 o la hora feliz «va contra la libertad de comercio. No se puede restringir la fórmula del empresario de hostelería para hacer dinero, a cuyo bolsillo parecen ir siempre todos los recortes».

Los hosteleros están de acuerdo con que se prohíba la venta de alcohol a menores de edad, pero consideran que «los mayores son responsables para saber cómo consumir».

Para el máximo responsable de Cehosga, tampoco tiene sentido que por un lado se intente acabar con el botellón, al que acuden en masa los jóvenes porque es la forma más barata de consumir alcohol, y que, por otro, se prohíban ofertas económicas como el 2x1.

«En la ley cada vez son más duros y estrictos con nosotros -expone Juan Silva en lo que considera otra contradicción más-, pero dejan a criterio de los ayuntamientos la práctica del botellón, y habrá muchos que lo permitan».

Apariencia de bondad

Tampoco los concellos han recibido con agrado la noticia de que se harán cargo de la regulación de los botellones, aunque hay posturas encontradas. La Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) se reserva una versión oficial hasta que esta se consensúe en una inminente reunión y se eleve el correspondiente informe a Sanidade.

Sin embargo, Carlos Fernández, su presidente, avanza que hay numerosas voces críticas con esta propuesta de la Xunta. «A ver lo que dicen los responsables municipales, pero la impresión general es que no gusta y que bajo la apariencia de bondad de esta ley, del ''le dejo a usted que decida sobre el botellón'' se esconde un paquete para los ayuntamientos».

Fernández recuerda que, según el anteproyecto, serían los municipios los encargados de vigilar, controlar, sancionar y hasta limpiar, con el consiguiente coste económico que implica, «como una mayor dotación policial. Nos avanzaron este tema en una reunión por la gripe A -prosigue-, y ya entonces les dijimos que tuvieran cuidado con el tema del botellón, que había que andar con ojo».


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